El alcalde desea incorporar fincas anexas al camposanto de Señorín

El PXOM incluirá suelo para el nuevo cementerio

Un grupo de panteones, en el cementerio parroquial de Carballiño. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
La construcción de un cementerio municipal para cubrir las necesidades futuras de enterramientos es uno de los objetivos del Concello de Carballiño, debido a la saturación actual del camposanto parroquial de Señorín. En éste se acometió una pequeña ampliación por parte de la Parroquia de San Cibrao, mediante la adquisición de un terreno destinado a la construcción de 20 nichos, una obra que resulta insuficiente a medio plazo.
Sobre todo, teniendo en cuenta que más del 30% de los carballiñeses empadronados tiene 65 años o más (un total de 3.600 personas) y que la última tasa de mortalidad registrada es del 11,2 por cada 1.000 habitantes, a razón de 179 defunciones en el año 2010. Por ello, las autoridades municipales afrontarán soluciones para la falta de sepulturas.

Al respecto, el alcalde, Argimiro Marnotes, señala que 'no anterior Plan Xeral de Ordenación (PXOM), aprobado en 1999, non se contemplou ampliar o cemiterio de Señorín ós terreos colindantes ó non ser recalificados a solo dotacional'. Pero el equipo de gobierno 'popular' desea acometer dicha recalificación, 'sempre contando co consenso dos seus propietarios, de xeito que non sexan perxudicados', indica Marnotes.

En el caso de que no exista un acuerdo con los titulares de las fincas que rodean el actual camposanto, el Concello carballiñés está dispuesto a buscar alternativas en otras zonas de la periferia del casco urbano para la construcción de un cementerio municipal, que se regirá por una ordenanza específica y con independencia de las directrices del Obispado.


BEARIZ

Así, Carballiño se convertiría en el segundo municipio de la comarca en acometer un proyecto de este tipo. El Concello de Beariz ya dispone de una superficie de 6.000 metros cuadrados para la creación de un camposanto municipal, en las inmediaciones de la iglesia parroquial de Santa María. Sin embargo, y a pesar de contar con los permisos pertinentes de Urbanismo, Diputación y Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, el alcalde, Manuel Prado, está a la espera de la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio.

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