Carballiño llora la marcha de las hermanas: “Temos tristeza, pero poucas xoves seguen este camiño”

Tras 118 años al servicio de la residencia Hermanos Prieto en O Carballiño, la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados se despidió ayer de la villa con una misa de acción de gracias  en la Iglesia de A Veracruz.

Al acto religioso, presidido por el Obispo de Ourense, Leonardo Lemos, acudieron la Madre Provincial, María Jesús Carbajo; la secretaria general de la congregación, Carmen Atán, y monjas de la congregación pertenecientes a otras casas que acompañaron a la comunidad eclesiástica de O Carballiño.

Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados manifestaron a la entrada de la iglesia su "terrible tristeza, porque son moitos anos axudando nunha moi boa vila onde hai moita boa persoa, pero tamén moita xente que nos necesitou, creanse vínculos pasando tanto tempo cós ancianos, a algúns dándolles de comer  a outros implemente falándolles porque queren compañía...é doloroso pero acatamos que é o correcto porque hai pouca xuventude indo por este camiño e non se pode permitir que pechen casas tan necesarias"

Además, las homenajeadas destacaron que, aunque ya existiesen conexiones emocionales tras tantos años en la villa, "xa sabíamos dende fai case un ano que isto ía pasar e tamén que non poderíamos permanecer xuntas, algunhas xa están desplazadas ás casas hospitalarias de Santiago de Compostela, outras teñen a plaza para Ferrol e Viveiro; é outra etapa".

Leonardo Lemos reflejó también su tristeza por este adiós de la congregación: "Mis queridas hermanitas, durante estos meses, ustedes y yo hemos experimentado el apoyo de la tripulación de los buenos, de los que han estado ahí mostrando cariño, no obstante no ha sido posible vuestra permanencia donde tan buen trabajo habéis realizado, ha sido tarea árdua encontrar un convenio para mantener una congregación religiosa en el asilo pero, tras meses, ha llegado; serán las Siervas de Jesús, que se instalarán en los próximos días".

Detalle

Tras la celebración religiosa, el acto de homenaje por su labor durante tantos años en el asilo terminó con la entrega de un detalle por parte del Obispado de Ourense, una réplica del Cristo Redentor de la Catedral de Ourense para cada una. 

A continuación, en su marcha por los pasillos de la iglesia hacia la salida, hubo abrazos y lágrimas por parte de usuarios del asilo y feligreses que se despedían emocionados entre palabras de agradecimiento y declarando que "foron unhas excelentes persoas que se merecen todo o bo porque tamén así o deron". 

María Jesús Carbajo: “Mi recuerdo especial a los ancianos que cuidamos”

La Madre Provincial, María Jesús Carbajo, mostró su tristeza  por el fin de la etapa de la congregación de las Hermanitas "en este querido lugar que ha sido la villa de Carballiño".

En todo momento quiso mostrar su gratitud, tanto a las entidades e instituciones que han apoyado y ayudado su causa con los más necesitados, como a cada uno de los feligreses que las habían acompañado hasta este momento, pero con mención especial para, "los 4.127 ancianos que cuidamos en nuestra trayectoria".

Al igual que el resto de la congregación, recordó que el cambio de casa se debe a la carencia de vocaciones, manifestando que cuando antes ingresaban 15 o 16 novicias jóvenes, "ahora lo hacen como mucho dos o tres". Visiblemente emocionada, también le dedicó unas palabras a las hermanitas, de las que aseguró que "las 175 que han dedicado su vida ayudando a los necesitados, han puesto una dosis de consuelo y esperanza que seguirán aplicando".