El próximo 14 de octubre se cumplirá un año desde que Juan Carlos Soto fuera agredido por un desconocido en el mismo centro urbano de Carballiño y por motivos que todavía hoy desconoce. Le había causado seis fracturas en la pierna derecha, según él mismo afirma, y todavía está a la espera de que se celebre el juicio tras la denuncia correspondiente. Sin embargo, no acaba ahí su terrible experiencia porque el pasado lunes volvió a tener otro encuentro fortuito con el mismo sujeto y de nuevo volvió a ser víctima de una agresión.
“Entré en la cafetería Archy y había unos individuos golpeando la máquina tragaperras, los tenía de espaldas y no reconocí a ninguno. Fui al servicio y volví a la barra. Uno de ellos se dirigió a mí y me dijo: tu vendes coches en Mesego. Lo reconocí como el agresor de hace casi un año”. Juan Carlos Soto le explicó que “tenemos pendiente un juicio por agresión”, y entonces lo agarró por la camisa, según relata, y lo tiró contra una mesa de mármol. Una vez en el suelo “me mordió en las costillas cuando intenté defenderme. Salimos a la calle y conseguí tirarlo boca abajo en el suelo, y él me mordió de nuevo en un dedo, hasta que le puse la rodilla en la espalda y conseguí que me soltara el dedo e inmovilizarlo hasta que llegaron la Policía Local y la Guardia Civil y se lo llevaron”.
Juan Carlos Soto sangraba copiosamente por el dedo y tuvo que desplazarse hasta el centro de salud para recibir atención sanitaria.
Afirma que en un momento dado, cuando aún estaban en el bar, “me dijo: tú eres el que te acostaste con mi mujer, cuando ni lo conozco de nada, ni a él ni a su mujer”, y también se dirigía al propietario del bar, manifestando que “se mereció que le rompiera la pierna”.
Juan Carlos Soto asegura que “no existió ningún ánimo por mi parte de agresión solo de reducirlo pero sin pegarle”.
Octubre de 2022
En relación a la agresión del año pasado, recuerda que le había dado un empujón por cuyo motivo intentó llamar a la Guardia Civil. “Estaba cruzando el paso de peatones y me dio la primera patada por detrás en la rodilla y después otras dos más hasta que caí al suelo. Me estaba matando hasta que paró un coche y dos chicos me lo sacaron de encima”. La víctima asegura que tardó dos meses en localizar a esos testigos para que declaren sobre la agresión.
También espera que se juzguen como un caso único los dos ataques y que también le den una respuesta a la solicitud de una orden de alejamiento del agresor que ha solicitado.
