Acepta cuatro meses de prisión por cortarle el pene al perro de su vecino

También se le ha condenado a 16 meses de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tengan relación con los animales

El juez de Ribadavia, José Luis Deaño Rodríguez, ha condenado a Enríque Delgado como responsable de un delito de maltrato animal a la pena de cuatro meses de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena, y a 16 meses de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tengan relación con los animales. Esta es la condena impuesta al vecino de la localidad de Francelos (Ribadavia) que cortó el pene con una navaja a un perro de su vecino Braulio Moroño cuando se estaba apareando con una perra de su propiedad. Dado que el acusado dio su conformidad a la propuesta de condena de la Fiscalía, la sentencia se resolvió finalmente con la reducción en un tercio de la pena solicitada, que inicialmente era de seis meses de prisión e inhabilitación especial y dos años de inhabilitación para trabajar con animales.

A lo que sí está obligado Enríque Delgado es a cumplir con su responsabilidad civil e indemnizar a Braulio Moroño con la cantidad de 536,6 euros, que corresponde al coste de la operación a que fue sometido el perro de nombre Shin Chan y de 10 años de edad, en una clínica de A Cañiza. El fallo también indica que deberá abonar a mayores el gasto por determinar por la permanencia del animal en otra clínica de Ribadavia, dado que todavía está convaleciente, debido a que fue necesario practicarle la amputación total del pene. La sentencia reconoce que "necesitará atenciones clínicas durante un período largo y atenciones particulares de por vida ya que en estos casos las infecciones urinarias son frecuentes", señala dentro del apartado de "hechos probados".

Aunque la resolución fue de conformidad, ya que desde el primer momento el acusado admitió haber cometido la agresión, su estancia en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Ribadavia junto con la del denunciante, propietario del perro, se prolongó desde las 11,00 horas hasta pasadas las 13,00 horas.

Enrique Delgado abandonaba las dependencias judiciales cubriéndose la cabeza con una cazadora para evitar ser fotografiado por los medios gráficos que le esperaban en la entrada. Tampoco quiso hacer declaraciones, aunque el día anterior manifestó a este periódico que estaba muy arrepentido de lo que había hecho, anunciando que estaba dispuesto a acatar la sentencia que se le impusiera, como así hizo en la mañana de ayer. Ante el juez y la fiscal también se refirió al momento de los hechos, asegurando que llegó a casa mareado tras haber estado en la Feira do Viño de Ribadavia y que perdió la cabeza cuando vio al perro montando a su perra.

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