Vino, gastronomía y música se aunaron este sábado en el Pazo de Toubes, en Cenlle. Allí, cientos y cientos de asistentes disfrutaron de esta armonía, de la mano de la cooperativa Viña Costeira de Ribadavia, que un año más organizó el Festival Costeira Sonora para marcar el fin de la vendimia en su territorio y poner en valor al sector.
Con las entradas agotadas, las 400 personas que lograron obtener su pase pudieron bailar y cantar de la mano de Lusillón, Floridablanca, Sila Lua, Catuxa Salom, Rocío Saíz y Cala Vento. Una jornada única en la que esa música se combinó con las degustaciones de los aperitivos del chef de Toubes maridados con los vinos de la cooperativa y numerosos cócteles variados.
Viña Costeira volvió a lograr en esta cuarta edición que los asistentes disfrutaran en un entorno idílico de la música, la gastronomía y los tintos y blancos de los viñedos de la cooperativa de Ribadavia, en una jornada donde el sol brilló. Un evento que comenzó a las 17,00 horas e hizo del Pazo de Toubes el escenario perfecto para hacer sonar durante más de nueve horas música en directo sin descanso.
Los grupos musicales escogidos para esta edición del Costeira Sonora combinaron música pop con otros estilos como ritmos latinoamericanos o folk gallego y electrónica, así como artistas gallegos con otros nacionales, todos ellos con un mensaje de fondo. Una programación para todos los públicos y gustos en la que los presentes disfrutaron hasta el final.
Ahora, en Viña Costeira ya preparan la quinta edición de este festival músico-vinícola, el que año tras año se consolida e incrementa su fama. Los que disfrutaron de esta cuarta edición están seguros de que Costeira Sonora sorprenderá -de nuevo- al público y no dejar indiferente a nadie. Como siempre, desde el paraíso: el Pazo de Toubes en Cenlle.
