Viticultores y Xunta evaluarán los daños del corzo en el viñedo de O Ribeiro

Puga (Toén). 13/09/2018. Vendimia el las viñas de Bodegas Campante, viña Reboreda en Puga.
Foto: Xesús Fariñas

Unións Agrarias pide a la administración autonómica buscar soluciones preventivas ante esta problemática

Unións Agrarias se reunirá finalmente con la Jefatura Territorial de la Consellería de Medio Ambiente para tratar la problemática de los destrozos de la fauna salvaje, principalmente el corzo pero también el jabalí, que se han detectado en los viñedos de la Denominación de Origen Ribeiro.

La reunión tendrá lugar el 25 de mayo, así se ha decidido en el encuentro que se desarrolló ayer entre las dos entidades.

Desde hace semanas, la organización agraria ha estado denunciando estos destrozos, sobre todo en la zona de Beade, pero también en Castrelo de Miño. Y los ataques no han sido causados solo a las plantaciones, sino que también se ha reportado un caso en los últimos días en el cual unos jabalíes entraron a una parcela colindante a una vivienda y mataron a los perros que guardaban la finca.

“Normalmente, los ataques se dan en esta época del año, cuando están naciendo los nuevos brotes, y más adelante, en las semanas previas a la cosecha, porque los animales entran a alimentarse de los racimos de uvas”, cuentan desde Unións Agrarias. Es por ello que hacen hincapié en la necesidad de tomar medidas preventivas ante estos daños, y piden a la Xunta que se coordine con los tecores y la Sociedad de Caza para poder buscar una solución.

En Beade existen varios terrenos bajo régimen cinegético común o también conocidos como zonas libres de caza, ya que no están gestionados por ninguna Sociedad de Caza bajo la figura de Terreno Cinegeticamente Ordenado (Tecor), por lo que la responsabilidad de controlar la población de animales salvajes recae directamente en la Xunta de Galicia.

Los daños cometidos por el corzo ponen en grave peligro la producción vitivinícola de la zona, su principal motor económico, ya que dañan las plantas, lo que se causa infecciones fúngicas en las cepas. Además, las características de la zona no permiten cerrar los viñedos, y en los que sí se puede, los animales rompen los cierres. 

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