ECONOMÍA LOCAL

El 2015 se cobra cierres de comercios históricos en la ciudad

photo_camera La Armería Lira, en Cardenal Quevedo, cerró a pocas semanas del año 2015.

Por jubilación o por falta de relevo, el año nos ha dejado sin varios “supervivientes del mostrador”: desde la Paragüería Carballo hasta la Librería Stylo. Sus escaparates son historia de Ourense.

De los seis comercios históricos que componían el reportaje “Supervivientes del mostrador”, publicado en La Región en verano de 2014, dos se han despedido de sus clientes este año. A Ourense le está cambiando la cara, la comercial, mientras algunos de sus establecimientos “de toda la vida” ya han desmontado su último escaparate.

La Mercería La Mariposa cerró tras 83 años de “Mercería, Novedades, Confección”, como rezaba su título. El 1932, Esperanza Randulfe alumbró la apertura de la tienda en la calle de La Paz, aunque dos años más tarde se trasladaría a Lamas Carvajal, la calle más comercial de los años 30, cuenta Maribel Outeiriño. Su hija Elisa la gestionó desde el fallecimiento de Esperanza, en 1969, siempre frente a otro local histórico ya desaparecido: la farmacia Barja.

Igual de cerca que los Almacenes Alfredo Romero, fundados en 1926 por el abuelo del actual dueño, también Alfredo Romero: “Se hacían viajes a París para conocer los nuevos diseños”, detalló en febrero de este año. En 2015 anunciaron su liquidación por cierre. Se va un negocio casi mitológico en el centro, en la misma avenida de Pontevedra donde el Café Victoria o la tienda de ultramarinos Plus Ultra.

Los libros lo cuentan todo. Los de Librería Stylo, pudieron narrar cómo su calle pasaba de ser la de Capitán Eloy a Concordia. La memoria histórica tiene eso, un espacio donde Alonso y Labrador, los fundadores de un negocio que vendió sus últimos ejemplares en octubre de este año, merecen un rincón. Fueron 65 años entre libros de colegio y páginas de autor. Metros más abajo aún resiste la peluquería Moderna.

El reportaje de 2014 repasaba la trayectoria de la tienda La Alemana –“a xente nova compra rosarios que non saben rezar”, decía la propietaria-, que sigue frente al Café Latino, o la Armería Lira, que bajó la persiana a caballo entre 2014 y 2015 aún con una camiseta del Barça de los 70 en el escaparate.

También la de la Paragüería Carballo. “Carballo cierra el paraguas”, tituló aquel febrero el periódico. Un adiós tras la jubilación de Manuela Álvarez, la propietaria del comercio de Santo Domingo, tras 59 años dando forma a los cuchillos y envarando la tela de los paraguas: “Me voy con mucho pesar y mis clientes me van a extrañar, como yo a ellos”, dijo. Manuel Carballo, su padre, había abierto la tienda tras trece idas y venidas a Cuba.

Thema, un comercio de moda de mujer, se fue aquel febrero, al tiempo que el Bazar La Gallega hacía la maleta para trasladarse del Paseo a la calle Manuel Pereira.

Algunos por jubilación, otros por falta de relevo, el 2015 nos ha dejado sin varios “supervivientes del mostrador”.

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