El comercio de Feces de Abaixo (Verín) no ha hecho más que perder establecimientos comerciales desde que desapareció la aduana, en el año 1994, con la desaparición de las fronteras entre los países dentro de la Comunidad Económica Europea.
Desde entonces ya cerraron 50 negocios,según el presidente de los comerciantes, Antonio Dosantos, por falta de clientes y también por falta de medidas para competir con las grandes superficies comerciales que abrieron en la localidad de Chaves. 'Los precios son más caros en Portugal, pero muchos vecinos no se desplazan a Feces como hacían antes porque tienen todo lo que necesitan prácticamente nada más salir de casa', dijo Dosantos.
El estado crítico de este sector en la localidad de la comarca de Monterrei queda reflejado en el hecho de que Feces llegó a tener 60 locales comerciales y 'sólo quedamos nueve', apuntó Dosantos.
El declive es patente nada más cruzar el paso fronterizo, donde hace unos años se rifaban los locales para abrir supermercados, mercerías e incluso talleres de reparación de vehículos. En la actualidad, la mayoría de los bajos exhiben el cartel de 'se vende', 'alquila' o 'cerrado'.
La situación aún es peor al adentrarse en la localidad, donde se pueden observar locales que hace unos años atraían a numerosos portugueses en busca de bacalao, calzado o ropa y ahora están prácticamente en ruinas. 'Feces fue uno de los pueblos más comerciales de la frontera, pero eso sólo se tuvo en cuenta para pagar impuestos. Nadie se preocupó en mantenerlo', dice Antonio Dosantos, añadiendo que 'cada vez que los comerciantes intentamos dinamizar el sector, siempre hubo alguien interesado en que no salieran adelante'.
Los comerciantes acaban de solicitar al Ministerio de Fomento que les ceda el terreno habilitado para un área de servicio en un margen de la autovía A-75 (Verín-frontera lusa) para trasladar allí sus negocios y continuar con la actividad. 'Hicimos la petición y no nos contestó', apuntó Dosantos.
El estado crítico de este sector en la localidad de la comarca de Monterrei queda reflejado en el hecho de que Feces llegó a tener 60 locales comerciales y 'sólo quedamos nueve', apuntó Dosantos.
El declive es patente nada más cruzar el paso fronterizo, donde hace unos años se rifaban los locales para abrir supermercados, mercerías e incluso talleres de reparación de vehículos. En la actualidad, la mayoría de los bajos exhiben el cartel de 'se vende', 'alquila' o 'cerrado'.
La situación aún es peor al adentrarse en la localidad, donde se pueden observar locales que hace unos años atraían a numerosos portugueses en busca de bacalao, calzado o ropa y ahora están prácticamente en ruinas. 'Feces fue uno de los pueblos más comerciales de la frontera, pero eso sólo se tuvo en cuenta para pagar impuestos. Nadie se preocupó en mantenerlo', dice Antonio Dosantos, añadiendo que 'cada vez que los comerciantes intentamos dinamizar el sector, siempre hubo alguien interesado en que no salieran adelante'.
Los comerciantes acaban de solicitar al Ministerio de Fomento que les ceda el terreno habilitado para un área de servicio en un margen de la autovía A-75 (Verín-frontera lusa) para trasladar allí sus negocios y continuar con la actividad. 'Hicimos la petición y no nos contestó', apuntó Dosantos.
