En junio de 2005, un amplio dispositivo de búsqueda se afanó en hallar a una pitón desaparecida de un circo, en cuyo camión apareció días después. Una jueza acaba de absolver a tres responsables, acusados de simular el delito, al no haberse probado fehacientemente que supiesen del paradero de la serpiente.
Los responsables del circo Deros S.L. que denunciaron en junio de 2005 el robo de una serpiente pitón, hallada días después en un camión del circo en Ferrol, no fingieron su desaparición para hacerse publicidad. Así lo considera la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense, que absuelve a Carlos Antonio Núñez (gerente), Rony Rossi (relaciones públicas) y Marco Rossi (ciudador de los animales) de simulación de delito.
La absolución, solicitada por la defensa (José Fernández Rodríguez-Caamaño), se basa en que no ha quedado acreditado que los acusados se pusiesen de acuerdo antes de formular la denuncia conociendo que lo denunciado era falso. Así, la jueza considera posible la versión de los imputados: que la serpiente se guardó por error en una dependencia del camión que se abre solo el día de la función y un día antes para limpiarlo y que hasta ese momento no se percataron del error, explicando que no buscaron en ese camerino a la serpiente al creer que había sido sustraída porque faltaba también la caja que la contenía.
En la sentencia, la magistrada analiza dos datos que generan alguna duda pero que no dejan de ser sospechas no aptas para desvirtuar la presunción de inocencia de los acusados. Se trata de la aparición en Ferrol de muescas en la puerta del camión donde se guardaban los animales, señales que no tenía en Ourense. Este dato, que podría indicar que los acusados forzaron la puerta deliberadamente para dar más credibilidad a la denuncia, no sirve de base a la magistrada dado que, si hubiera sido así, lo lógico es que las hubieran realizado antes de presentar la denuncia y no después de que la Guardia Civil inspeccionase el camión. El otro dato sospechoso es que la serpiente apareció en una caja totalmente distinta a las jaulas donde se guardaban los demás animales, de lo que se podría sospechar que la guardaron en esa caja con la finalidad de esconderla y presentar una denuncia falsa.
No obstante, la jueza cree que estos datos no son más que sospechas y recuerda que la sustracción de la serpiente no estaba asegurada y que tampoco queda muy claro que buscasen obtener publicidad, ya que ni siquiera se ha acreditado que fuesen ellos los que diesen aviso a los medios de comunicación. Entiende también que al ser personas dedicadas al trato con animales podrían deshacerse de la serpiente si realmente la denuncia era falsa.
La absolución, solicitada por la defensa (José Fernández Rodríguez-Caamaño), se basa en que no ha quedado acreditado que los acusados se pusiesen de acuerdo antes de formular la denuncia conociendo que lo denunciado era falso. Así, la jueza considera posible la versión de los imputados: que la serpiente se guardó por error en una dependencia del camión que se abre solo el día de la función y un día antes para limpiarlo y que hasta ese momento no se percataron del error, explicando que no buscaron en ese camerino a la serpiente al creer que había sido sustraída porque faltaba también la caja que la contenía.
En la sentencia, la magistrada analiza dos datos que generan alguna duda pero que no dejan de ser sospechas no aptas para desvirtuar la presunción de inocencia de los acusados. Se trata de la aparición en Ferrol de muescas en la puerta del camión donde se guardaban los animales, señales que no tenía en Ourense. Este dato, que podría indicar que los acusados forzaron la puerta deliberadamente para dar más credibilidad a la denuncia, no sirve de base a la magistrada dado que, si hubiera sido así, lo lógico es que las hubieran realizado antes de presentar la denuncia y no después de que la Guardia Civil inspeccionase el camión. El otro dato sospechoso es que la serpiente apareció en una caja totalmente distinta a las jaulas donde se guardaban los demás animales, de lo que se podría sospechar que la guardaron en esa caja con la finalidad de esconderla y presentar una denuncia falsa.
No obstante, la jueza cree que estos datos no son más que sospechas y recuerda que la sustracción de la serpiente no estaba asegurada y que tampoco queda muy claro que buscasen obtener publicidad, ya que ni siquiera se ha acreditado que fuesen ellos los que diesen aviso a los medios de comunicación. Entiende también que al ser personas dedicadas al trato con animales podrían deshacerse de la serpiente si realmente la denuncia era falsa.
