Claudia Piñeiro: “Mi abuelo gallego era un contador de historias, influyó en mi escritura"

Claudia Piñeiro (Buenos Aires, Argentina, 1960) creció con las historias de sus abuellos gallegos. Los maternos, de Nogueira de Ramuín y Laza, los paternos de A Coruña. Conoció Galicia por primera vez a través de esos cuentos de emigración y raíces. Años más tarde, pudo visitar las casas de sus antepasados y pasear por las aldeas de las que tanto había escuchado. Esta escritora, dramaturga y guionista es una de las voces de la literatura argentina actual más conocidas. Acaba de publicar "Catedrales" (editorial Alfagura), una historia sobre la familia y los tabúes que la consagra como una de las "reinas" de la novela negra actual. A este lado del charco, a través de la transmisión oral de sus abuelos, encontró parte de esa inspiración. ¿Ha influido Galicia en su literatura? Sí, por lo pronto te influye la lengua. La literatura tiene mucho que ver con la lengua y yo he escuchado hablar gallego en mi casa. Conocí todos los pueblos con 26 años y otras ideas, primero viendo quién eran mis padres y, años más tarde, más preocupada por las raíces y la memoria. La última vez ubiqué la casa de mis padres, la número 19. Estaban los nombres de ellos y una letra "A", que quería decir ausente. Seguían figurando en el censo, pero habían emigrado y los consideraban "ausentes". Me dio la sensación de que desde España se esperaba que volvieran. Ausentes. ¿La sensación de arraigo es diferente en Argentina? Siempre pensé que era muy difícil viajar de vuelta. Ninguno volvió aunque mantenían correspondencia con sus parientes. Me crié pensando que jamás iban a volver a su lugar, pero al otro lado del espejo, al ver que todavía había gente que los esperaba, tomé conciencia de ese desarraigo. No solo para el que se fue, sino para el que quedó. ¿Cómo se inició entonces la escritura? ¿Influyeron algo esas raíces ourensanas? Siempre tuve la sensación de escribir esas cosas que vienen en el ADN. Pero debo reconocer que mi abuelo de Ourense era un gran contador de historias y me cantaba canciones. Todavía recuerdo una que me cantaba siempre. "O cura de Prado xastre, o de Cangas mariñeiro…". Es como uno de esos tesoros. Creo que algo tiene que ver con la escritura. Es el lenguaje y la transmisión oral. ¿Por qué novela negra? "Catedrales" es la historia de una familia, el crimen de una hija que apareció descuartizada. Hay enigma y búsqueda de la verdad. Creo que el género negro es uno de los que más dan cuenta de la sociedad. No son los mismos crímenes los que se cometen en España, Argentina o Estados Unidos. Trata el drama del aborto clandestino en Argentina. Ese tema está presente desde mi primera novela. En "Catedrales" tiene un peso mayor porque el debate se dio en los últimos años. Por suerte, se aprobó la ley de aborto. Pero es un problema de todo Latinoamérica. El libro salió en México y allí sienten la historia como que puede estar pasando ahora allí, porque la mayor parte del país mantiene el aborto clandestino. En España, la cuestión de las familias muy rígidas igualmente se puede entender muy bien. ¿Qué rol juega la familia? La novela pone en crisis el valor absoluto de la familia. Son lugares de refugio si funcionan bien, pero a veces esto no sucede. Hay familias donde se abusa de niños, se maltrata a las mujeres… ¿Hasta dónde aceptar las normas que nos imponen? Es una novela moral. Sí. Por eso usé siete puntos de vista. Siete voces. LAS FRASES "Galicia me influyó, por lo pronto en la lengua. He escuchado hablar gallego en mi casa". "Me crié pensando que mis abuelos no iban a volver a su tierra". "Catedrales' es la historia de una familia, hay enigma y verdad". "La novela pregunta: ¿Hasta dónde aceptar las normas impuestas?