El fiscal sostiene que actuó con alevosía y que quería acabar con su vida

El acusado de acuchillar a su exnovia tenía 'celos'

Gonzalo Fernández López. (Foto: MARCOS ATRIO)
La Audiencia de Ourense dejó visto para sentencia el juicio contra Gonzalo Fernández López, el acusado de acuchillar a su exnovia en el cuello en las inmediaciones de un pub de O Carballiño en octubre de 2009, de la que tenía una orden de alejamiento en vigor cuando sucedieron los hechos.
El juicio, que continuó ayer con la declaración de los peritos, pudo concluir después de que comparecieran ante el tribunal dos forenses, dos psiquiatras y un experto en toxicología y tras dos jornadas de elevada expectación entre el numeroso público presente en la sala de vistas de la Audiencia Provincial.

Uno de los forenses aseguró que la víctima, con la que el acusado tiene un hijo en común, 'presentaba heridas que podrían haberle ocasionado la muerte de no haber sido atendida urgentemente'. Explicó que, tras la agresión, 'tenía afectadas dos venas muy importantes, la yugular interna y la externa, además de la tráquea'. Detalló que, por el contrario, 'no presentaba heridas en las extremidades por intentar defenderse o parar la agresión'. Precisamente, este último fue uno de los argumentos que aprovechó el fiscal para hablar de 'alevosía'. El encausado 'tramó los métodos adecuados para asegurar su resultado y evitar que la víctima se defendiese', aseguró la representante del Ministerio Público, quien incidió sobremanera en que 'ella no pudo detener el ataque' y en que 'el acusado tenía voluntad de matarla, dado que salió ya de su casa portando un cuchillo'. Tras esta intervención, la madre de la víctima, presente entre el público, rompió a llorar, viviéndose entonces uno de los momentos de más tensión.

Otro de los forenses argumentó, a la luz de los exámenes practicados, que la muestra de cabello que se le tomó al encausado evidencia 'que no hubo consumo de drogas repetido en, al menos, nueve meses antes de los hechos', argumento que desmonta una de las tesis que sostuvo el presunto agresor, que afirmó en su declaración ante el tribunal que había consumido previamente al suceso 'cuatro rayas y dos cubatas' y que lo hacía habitualmente.

Por otro lado, uno de los psiquiatras explicó que, cuando se produjo el acuchillamiento, 'Gonzalo tenía la atención y la percepción conservadas' y descartó, por ello, una posible 'intoxicación aguda por alcohol o drogas'. Indicó, asimismo, que en el ataque a la víctima 'no hubo obcecación o impulso debido a que tuvo tiempo para ir a buscar el cuchillo'. Aunque no pudo precisar 'si la intención del encausado era matarla', afirmó que Gonzalo López tenía 'celos muy intensos por esa relación, con sentimientos de humillación'.

La acusación particular explicó, por otra parte, que no se sostiene la 'excusa' de ver a su hijo que puso el acusado por materializar la tentativa de asesinato. 'No pidió verlo mediante una demanda', zanjó.

El fiscal calificó los hechos como constitutivos de un asesinato en grado de tentativa. Argumentó que el encausado tramó un plan 'para matarla'. La defensa los rebajó a tentativa de homicidio con una eximente incompleta que le rebajaría la pena en uno o dos grados (le supondría entre dos años y medio y cinco de cárcel). Penas distintas son las que solicita la acusación. El fiscal pide 11 años de cárcel por la tentativa de asesinato y la acusación particular 15. Asimismo, se enfrenta a un año por no cumplir la orden de alejamiento (un máximo de seis meses pide la defensa).

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