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Adán Aliaga: "Quise una película en la que el límite entre lo mágico y lo real fuese muy estrecho"

Adán Aliaga
photo_camera Adán Aliaga, este lunes en el centro cultural Marcos Valcárcel.

Su trabajo, "Fishbone", que se exhibió ayer en el Teatro Principal, trata la historia de Jan, la última niña nacida en la isla de Tabarca. Una chef que vive por y para su trabajo en Nueva York pero que tras un hecho trágico se ve obligada volver a sus raíces

La última vez que el cineasta alicantino Adán Aliaga estuvo en Galicia fue presentando su ópera prima, "La casa de mi abuela". Han pasado 13 años para volver con una peli y ahora lo hace en la competición oficial del OUFF. "Me hace especial ilusión", dice.  Su trabajo, "Fishbone", que se exhibió ayer en el Teatro Principal, trata la historia de Jan, la última niña nacida en la isla de Tabarca. Una chef que vive por y para su trabajo en Nueva York pero que tras un hecho trágico se ve obligada volver a sus raíces, a Tabarca. Sobre la recuperación de sus orígenes quiere hacer reflexionar Aliaga al espectador con un relato que ha ido madurando durante años y que, como todos sus proyectos, no puede enmarcar en ningún genero.

Rodada entre dos islas, Manhattan y la pequeña Tabarca, en Alicante, el creador promete una película "muy sensorial" y aunque dice que de autobiográfico hay "algo", las coincidencias son mayores: le encanta la cocina y también vive entre dos lugares, EE.UU y su Alicante natal. 

¿Cuánto de autobiográfico hay en “Fishbone"?

Siempre hay algo de personal en los trabajos. En el viaje de ida y vuelta de esta protagonista, de recuperar esas raíces, hay algo en mí. Pero la historia está totalmente inventada, aunque está rodada en Tabarca, que es un lugar donde veraneo, un lugar pequeño. Quise rodarlo allí desde hace años y también quise meter mi segunda pasión, que es la cocina. En ese sentido está salpicado de elementos que me gustan, pero no llega a ser autobiográfico. Es una palabra muy fuerte.

Refleja la importancia de las raíces. El protagonista vuelve y nada cambia. También es la última niña que nació en la isla. De alguna forma, ¿se trata también la despoblación?

No directamente, pero se habla de que no hay futuro en la isla. Cuando vuelve, todo está igual. Sigue habiendo restaurantes y turismo pero no tiene futuro ni posibilidades para cualquier persona que nazca allí. Chocan dos puntos de vista: se fue pero sigue viviendo en una isla, Manhattan, pero no es consciente de ello por su burbuja de trabajo y esa vorágine, que no sabes quien eres ni te acuerdas de tus raíces.

¿Es complicado enmarcarla en un género?

Mucho. Tiene un poco de thriller, de realismo mágico, de cine independiente, de documental... es como una peli independiente americana pero da un giro a una peli costumbrista o más con pinceladas de ese realismo mágico. Hay que verla. Esto lo digo por los pases y por lo que dice la gente.

¿Cómo son esas reacciones?

A la gente le gusta la película, habla de estos otros mundos mágicos. Quería hacer una película donde el límite entre lo que puede ser mágico o lo que pueda ser real fuese muy estrecho. Hay que tener esa mirada abierta para interpretar las señales que la naturaleza te está dando, si la sigues nunca te equivocarás.

Le censuraron un clip. ¿Qué pasó?

En algunas redes sociales no pueden verse los pezones femeninos. Fue algo anecdótico.

Está rodada en valenciano. ¿Es una reivindicación?

El valenciano es mi lengua materna. También está rodada en una especie de latín valenciano antiguo, en inglés y en español. Lo hice así porque es como me siento y cual es la realidad de la gente que vive allí en Alicante. Pero evidentemente, hay una cierta ayuda por parte de las televisiones y el gobierno valenciano.

¿Cuándo podremos ver "Fishbone" en la gran pantalla?

No lo sé, hicimos un estreno técnico para calificar para los Goya, seguramente el año que viene. 

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