Adrenalina, espectáculo y riesgo por las calles de la ciudad

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photo_camera El alcalde, Jesús Vázquez, junto a los clasificados del descenso en bicicleta de montaña Carlos García, Manel Martínez, Diego Félix Álvarez, Héctor Domínguez, Alejandro Vila y Gabriel Alonso.

El casco histórico de Ourense se transformó en un circuito extremo de descenso en bicicleta de montaña y el recinto de Expourense se transformó en epicentro de la cultura urbana. 

El espectáculo y la adrenalina llenaron ayer las calles del casco histórico de Ourense y la nave central de Expourense. El Pulpo Extreme transformó la parte más antigua de Ourense en un núcleo de moderna cultura urbana y un circuito de descenso en bicicleta de montaña. Desde las 10,00 horas, los ciclistas se enfundaron sus protecciones y se subieron a los pedales para bajar desde el mirador de la rúa Pena Trevinca hasta As Burgas. Un trazado que cruzaba toda la zona vieja de la ciudad y que pasó por puntos tan estrechos como la rúa San Francisco, para bajar por las escaleras. La velocidad a la que descendían los ciclistas por las calles asombró a los muchos espectadores y paseantes, sorprendidos por la habilidad de los ciclistas. Las medidas de seguridad extremas evitaron cualquier problema. Los concursantes estuvieron toda la mañana reconociendo el circuito de descenso y entrenando para hacer los mejores tiempos en la clasificación, que se disputó entre las 15,00 y las 16,00 horas y que dio paso a la gran final.

Los ciclistas que competían en este descenso por el casco histórico de Ourense destacaron que el trazado se complicaba bastante en las curvas ya que "la piedra está muy pulida y tienes que controlar la frenada para no caer", explicaron Rubén Vázquez, Jorge Fragueira y Martín Penavella a su llegada a As Burgas, meta del recorrido. Daniel Ruiz, otro de los competidores, destacó que el circuito ourensano "está bien para ser el primer año". Recalcó que le falta un poco más de riesgo ya que "no hay nada que sea muy peligroso". En lo que estuvieron de acuerdo todos los que descendían era en la bajada por las escalera de la rúa Calpunia Abana: "Son muy estrechos los descansillos y tienes que enlazar muy deprisa todos los tramos de escaleras", explicó Ruiz.

Lo que más destacó de ese trazado es el salto que esperaba a los ciclistas frente al Concello en la Praza Maior. Los aspirantes al título de descenso del Pulpo Extreme saltaban y saludaban simbólicamente al edificio consistorial con una pirueta. El premio para el mejor truco fue para Héctor Domínguez. En cuanto a los clasificados de descenso en MTB, el primer premio fue para Diego Félix Álvarez, que se llevó 1.000 euros. El segundo puesto fue para Manel Martínez Cortiñas, con una recompensa de 600 euros. Tercer y cuarto clasificado fueron Carlos García Sandiás y Alejandro Vila, que recibieron un cheque de 400 y 200 euros respectivamente. El quinto premio, de 100 euros, fue para Gabriel Alonso.

Pero los que sí hicieron verdaderas piruetas fueron los participantes en los campeonatos de roller, skate y BMX que se celebraron en el skatepark construido dentro del recinto de Expourense. Los aspirantes demostraron poseer una gran habilidad sobre los ejes y un valor inigualable al echarse a rodar por las rampas y "grindando" los bordes de metal. Desde primera hora de la mañana estuvieron reconociendo el terreno donde lucharán hoy por ser los ganadores de esta primera edición del Pulpo Extreme. Ya por la tarde, empezaron las clasificaciones de las diferentes modalidades.

El recinto ferial de Expourense se convirtió ayer en el epicentro de la cultura urbana por excelencia. En el centro de la sala estaban las rampas de competición, aunque también había una improvisada calle llena de camiones "food truck" que estuvieron sirviendo comida durante toda la competición. La jornada culminó con una gran fiesta en la sala Urbe.

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