El ajedrez, un ejercicio mental contra el mal de alzhéimer

Leontxo García, en el Centro Marcos Valcárcel.
photo_camera Leontxo García, en el Centro Marcos Valcárcel.
El maestro internacional de ajedrez, Leontxo García, reivindica este juego milenario como una práctica para reducir el riesgo de demencia. “Es el mejor gimnasio de la mente”, asegura.

Conferenciante, periodista y maestro versado en ajedrez, Leontxo García visitó ayer Ourense para promover la utilidad del ajedrez a la hora de retrasar los síntomas de la enfermedad de alzhéimer y otras demencias del deterioro cognitivo. Con todo, García insiste: “En este momento, por desgracia y según los más de 200 neurólogos que he consultado, no nos consta que exista nada que prevenga  el alzhéimer”.

En un acto organizado por el Sergas, la Diputación y la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Ourense (Afaor), García reivindica este deporte como un ejercicio saludable en base a estudios científicos “bastante sólidos”.  El comentarista cita el estudio  del Albert Einstein College de Nueva York de 2003, en el que, a lo largo de varios años, observaron la influencia que la realización de actividades lúdicas y educativas tenían sobre el riesgo de demencia en 469 personas mayores.

“En el estudio indican que el ajedrez es el mejor gimnasio de la mente para llenar nuestra reserva cognitiva”,  explica. García define este concepto como un “depósito” que  reduce el riesgo de sufrir alzhéimer u otro tipo de demencia senil cuanto más lleno esté. Precisamente, en el artículo se señalaba a los ajedrecistas como los que más llenaron la reserva cognitiva, seguidos  de los jugadores de bridge y los que se dedicaban a bailar. “Tenemos que asumir que hacer algún tipo de gimnasia mental es esencial si queremos tener una vejez saludable”, declara García. Esta iniciativa sería fundamental en España, uno de los países del mundo con una esperanza de vida por encima de los 80 años.

“Cuando hablamos de retrasar los síntomas del alzhéimer, nos referimos a ganar 8 o 10 años”, apunta. “Imagínate lo que este tiempo supone en calidad de vida para una persona mayor y para las que la van a  cuidar”. Con todo, García señala que, “una vez que la enfermedad manifiesta sus síntomas externos, está por ver qué es eficaz para frenarla”. Algunos medicamentos funcionan en este aspecto, pero la neurología aún no conoce nada que detenga el deterioro.

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