La presencia de jóvenes consumiendo alcohol en este espacio se multiplicó en la madrugada

La Alameda padece de nuevo los estragos del botellón con ruidos, restos de basura y orines

 Un árbol roto en uno de los parterres. (Foto: José Paz )
La situación del botellón en la Alameda se recrudeció en la madrugada con varios cientos de personas allí congregadas. Aunque la Policía Local no registró incidentes, los vecinos constatan que se produjeron desperfectos en la zona.
Si el botellón se mantuvo activo en la Alameda en la madrugada del sábado, la situación se recrudeció en la madrugada de ayer, donde se duplicaron los grupos de personas allí congregadas consumiendo bebidas alcohólicas.

Pese a que según la Policía Local no se registraron incidentes, ya que allí estuvieron dos patrullas ejerciendo labores de vigilancia, los vecinos de la zona volvieron a sufrir los efectos nocivos de esta incívica práctica asentada ahora en la Alameda ante la permisividad municipal.

Al intenso ruido, producto de las conversaciones en voz alta (y en ocasiones a gritos) hasta bien entrada la madrugada, se sumaron los desperfectos que se hicieron visibles con la llegada del día siguiente. Botellas tiradas y cristales esparcidos por el suelo, bolsas de plástico y numerosas colillas inundaron la zona de esparcimiento que muchos ourensanos utilizan en las mañanas dominicales para pasear. Asimismo, los participantes en el botellón situaron los contenedores de basura alrededor del palco de música y los fragmentos de vidrio se dejaban ver en las partes de la Alameda por donde transitan niños pequeños que acuden allí con sus padres.

Malos olores Otra de las molestias detectadas por los vecinos fueron los intensos olores. Al parecer, los participantes en el botellón hicieron caso omiso a la prohibición de la Policía Local de acceder a las escaleras situadas tras la pista de A Chave, en la parte posterior de la Alameda. Dado que el botellón se prolongó durante varias horas y ese tiempo lo utilizaron sus participantes en ingerir grandes cantidades de bebidas alcohólicas, éstos decidieron utilizar dichas escaleras de acceso para realizar sus necesidades fisiológicas. Tanto, que el insalubre olor a orines inundaba ayer esta céntrica y emblemática zona de recreo.

Los vecinos continúan preguntándose de qué ha servido la reciente convocatoria de una Junta Local de Seguridad con el botellón de protagonista, ya que esta práctica está lejos de ser erradicada de la Alameda.

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