IRREGULARIDADES

Los altavoces que compró el Concello estaban incompletos

Gonzalo Pérez Jácome, en un pleno municipal (MIGUEL ÁNGEL)
photo_camera Gonzalo Pérez Jácome, en un pleno municipal (MIGUEL ÁNGEL)

Jolper Música, la empresa, proporcionó las pantallas sonoras sin mezclador ni cableado necesario.

Los 295 altavoces -pantallas de audio o pantallas sonoras, como se les ha llamado indistintamente estos días- que la empresa Jolper Música, propiedad del actual portavoz de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, suministró al Concello de Ourense ofrecen una, al menos peculiar, historia que contar. Porque fueron entregados, con dificultad, casi un año después de que se aprobase la factura de gasto; no podían ser instalados en la zona del PERI (donde se ubica el ámbito para el que fueron destinados) por las restricciones en la zona histórica; nunca se resolvió a quién encargarle esa instalación, que requería otros 61.000 euros más -además de los 61.691 pagados ya a Jácome- y tampoco pueden ser utilizados ahora porque, como ha reconocido la empresa instaladora que realiza ese tipo de labores al Concello, están incompletos. Sólo se han cedido para pequeñas actividades puntuales, a petición de barrios y en muy escaso número.

De hecho, el actual gobierno socialista de la ciudad intentó recientemente sin éxito, en dos ocasiones, la utilización de los altavoces para dos actividades culturales organizadas por la edil de Educación y Cultura, Ana Garrido. Pidió por escrito a Arteficción, una empresa prestadora de servicios de espectáculos, el uso de la megafonía exterior, ahora de esa Concejalía porque se guardan en el Auditorio, con motivo de las fiestas de Entroido de este año; poco después volvió a pedir las pantallas sonoras para su instalación eventual en el Banco de España, con objeto de que los conciertos de la Banda Municipal de Música, que ctúa semanalmente en su interior, se oyesen en el Paseo. Pero la empresa contestó, también por escrito que no pudo realizar "este servizo posto que o sistema de son, ademais de estar incompleto (só dispón de altofalantes, sen mezclador nin etapas de potencia nin cableado necesario) é inapropiado para dar esta cobertura", la de reproducir la música de la Banda.

Ocurre, además, que su posterior instalación en las calles era, cuando menos complicada. No se resolvió cómo afrontarla porque la ordenanza reguladora del PERI del casco histórico impedía esos elementos en algunas zonas y, en otros casos, habría que negociar autorizaciones con los propietarios de las casas; también estaba sin resolver quién los colocaría, una tarea que debería encomendarse al que los suministró pero fue algo que no se consensuó, ya que exigía otro gasto casi igual al de la compra de los altavoces. Por eso quedó sin conceder una segunda fase de la subvención de la Xunta, mientras las pantallas de sonorización quedaban guardadas en el Auditorio.

En ocasiones fueron prestados algunos, en un pequeño número, para actividades menores, aunque requerían, para su utilización, algún trabajo de instalación complementario, porque les falta cableado y otros elementos. 

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