La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP25), que se celebra estos días en Madrid, dejará una serie de cambios estructurales sobre la mesa del planeta. Más allá de deberes para gobiernos y multinacionales, la cumbre agita conciencias en todo el globo y muchos se preguntan cómo aportar un grano de arena en el cuidado del medio ambiente. En la provincia ourensana existen numerosas alternativas sostenibles –consumo, transporte, reciclaje– desde hace décadas, que cada día suman más adeptos entre la ciudadanía.
Otra mirada
El pasado Black Friday la asociación ecologista Sustinea propuso a los ourensanos una celebración distinta, un mercado de trueque "Green Day". Los usuarios estaban invitados a llevar objetos que no utilizasen y cambiarlos por la misma cantidad de útiles, una forma distinta de entender una jornada dedicada a las compras masivas. En la misma línea, la tienda de Comercio Xusto de la ciudad propone, dos o tres veces al año, un intercambiador de ropa, en el que los ciudadanos pueden dejar prendas que ya no utilizan, además de llevarse las que les gusten –sin coste alguno–.
En el sector alimentario, la aplicación "Too good to go" se hace hueco en la provincia. Por el momento se han sumado tres establecimientos, que al acabar la jornada venden, por un módico precio, todos los productos que ya no pondrán a la venta al día siguiente y que acabarían en la basura.
En cuanto al transporte sostenible, la ciudad puso en marcha en 2007 un sistema público de préstamo de bicicletas. Según el reciente Plan de Mobilidade de la ciudad, se contempla la mejora del servicio, que gran parte de sus usuarios califican como "ineficiente". Además, el proyecto pretende potenciar la seguridad de los ciclistas en la ciudad.
Alimentos: “Das saída aos teus produtos, facilitas o acceso a eles e reduces a contaminación"
Froitas e verduras Cimadevila, ubicada en la Praza de Abastos, es uno de los tres establecimientos alimenticios ourensanos que forman parte de la aplicación "Too good to go".
Se sumaron en septiembre, un mes después de abrir el local: "A principal motivación é a loita contra o desperdicio de alimentos, ao mesmo tempo que lle facilitas o acceso a eles a persoas que por diferentes razóns non poden acceder a prezo de mercado". Al finalizar cada jornada, ponen en venta, a un módico precio, aquellos alimentos que ya no pondrán en la tienda al día siguiente pero que todavía están en buenas condiciones. "É habitual ter que tirar parte da nosa mercadoría, o que vendemos 'entra polo ollo", explica Melodie Boo, propietaria del establecimiento.
Aunque al principio solo vendían dos o tres cestas a la semana, actualmente cuentan con clientes interesados todos los días. "O incremento de interese é tremendamente positivo e alentador para a loita contra o desperdicio alimentario", asegura Boo. En las cestas de Cimadevila se pueden encontrar frutas, verduras, hortalizas, legumbres o fruto seco a granel; cada día es distinto. "Recomendamos encarecidamente esta aplicación a todas as empresas do sector alimentario, daslle saída aos teus produtos e reduces a contaminación", reconoce.
Ropa: "Ao mesmo tempo que ordenas o armario reflexionas sobre os hábitos de compra"
La tienda de Comercio Xusto de la ciudad organiza, dos o tres veces al año, un intercambiador de ropa. Ana López Freitas propuso la idea hace cinco años, en el marco de "Vaia tela" un proyecto de educación para el desarrollo por institutos de Galicia sobre industria téxtil. "Naquel tempo facíano na Casa Encendida de Madrid, e pareceunos interesante traelo á tenda", cuenta.
Los clientes pueden acercarse al intercambiador con ropa que ya no usen –o sin ella–, y llevarse aquella que les guste, sin ningún tipo de coste. "É positivo porque ao mesmo tempo que organizas o teu armario tamén reflexionas sobre as costumes de compra, e adquires un produto sen contribuír a industria textil", explica López Freitas. En cada edición, el intercambiador tiene más éxito, sobre todo en ropa infantil y femenina: "Fáltanos a colaboración de homes, que aínda temos moitas mamás e mulleres, pero poucos rapaces".
Transporte: "Cuando yo empecé a ir en bicicleta a trabajar se veía como algo muy raro"
El ourensano José Luis Miguélez acumula una larga experiencia sobre dos ruedas. "Cuando empecé a ir en bicicleta a trabajar, hace muchos años, todavía se veía como algo muy raro. Como mucho éramos cuatro o cinco ciclistas por la ciudad, no más. Ahora está muy de moda", señala.
Hoy, ya jubilado, sigue utilizando este medio de transporte para moverse por la ciudad, así como para disfrutar de la naturaleza. "Desde que hay bicicletas de montaña disfruto mucho más, puedes ir entre la naturaleza sin tocar las carreteras, te relajas mucho más", explica Miguélez, que asegura que todavía falta mucha educación vial para que los ciclistas puedan ir seguros por las carreteras –lo atropellaron una vez, en la ciudad, y tuvo algún susto más–. "Hay gente joven que conduce rápido pero conoce las normas y se aparta, pero también hay gente mayor que se te pega y, aunque vayan lentos, te pueden empujar", asegura.
El ourensano recomienda usar bicicleta a todo aquel que tenga experiencia y gusto por ella, pero cree que no es para todos: "Siempre digo que si no la has usado siempre es mejor que vayas caminando o dando un paseo, que es igual de bueno para tu salud".
