Amencer, listos para el día después

En el gran patio de Salesianos, el silencio resulta pétreo, frío como los pilares de los soportales. Acostumbrados al ajetreo y a tener siempre las puertas abiertas, verlo así produce una sensación extraña, El lugar por donde corretean los niños lo han tomado esta mañana para sí una pareja de palomas atentas al instinto y al fervor primaveral. Estos días de confinamiento, en el centro, que también es vivienda, cohabitan 14 personas, 11 sacerdotes y 3 hermanos, religiosos pero no sacerdotes. En el colegio Salesianos se dieron los primeros casos positivos por el virus, generando gran alarma. “Ao ser os primeiros, non se detectaron como virus, confundíronse cunha gripe. Todos foron casos leves, quedaron en cuarentena na casa”, comenta Xulio César Iglesias, profesor del centro y director de Amencer. Iglesias, 59 años, pontino, también fue antiguo alumno del colegio -“eiquí é onde pensei complicarme a vida polos demais”-, y uno de los sacerdotes. “Unha das opcións era ser sacerdote; había outras como a política, eu tiña distintos horizontes”. La política a la que se refiere Xulio, que estudió Teología en el seminario ITC de Santiago -donde daba clases Leonardo Lemos, obispo de Ourense- y en Madrid, es la de la época de la Transición, “unha política liberadora, andabamos metidos todos en asociacións e se loitaba por unha democracia real; eu optei por ser salesiano”. La vida de nuevo Mucho de aquel compromiso se percibe al hablar con él. Vitalista, solidario y hombre con la positividad cursada de serie, que hasta estos días de silencio confinado saca lecciones: “Nos estamos preparando para que este lugar hoxe baleiro volva ter vida, a ser un lugar de encontro onde podamos soñar, crear xuntos”. ¿Covid-19, castigo de Dios? “Non, Deus non castiga, todo o contrario, nos acompaña e está a sufrir neste momento con tanta xente que sufre; quen non sexa crente, debe facer unha lectura humanizadora”. Como en otros tantos centros, durante el confinamiento la actividad educativa se ha mantenido a través de las plataformas educativas, algo que plantea problemas de seguimiento y dispara -como dice- las desigualdades. “O ensino non é dar coñecementos, iso é unha trampa, son relacións persoais, afectivas, e ánimo de cara ó alumno”, vía online -él mantiene tutorías todas las semanas- no es fácil detectar esos problemas o carencias en el alumnado. Reconoce -con humildad- las diferencias teconológicas y generacionales con unos chavales a los que adora y confía como docente y persona, “temos que adaptarnos, non vendernos”, consciente de que precisan la labor de gente adulta a su lado. Estos días de confinamiento, Amencer, el referente lúdico y educativo que ha marcado en 33 años el ritmo estival en esta ciudad, lejos de silenciarse, ha seguido también con actividades vía telemática. Una, según franja de edad “plan de animadores contra el aburrimiento” para más de un centenar de chavales; dos, reuniones con los monitores y grupos juveniles que lo componen, ligados a muchos centros educativos más allá de Salesianos; uno de los éxitos del proyecto, de marcado componente lúdico pero también solidario, con campañas presentes a lo largo del año: “Eu creo que o valor da solidariedade é moito máis que o tema económico”. En Amencer andan muy atentos al plan de desescalada planteado por el Gobierno, en presentar un proyecto para cumplir con el Campamento Urbano del mes de agosto. Es consciente de la dificultad de juntar a 400 o 500 personas como ha ocurrido estos años, a sabiendas además de que su estilo no es el de estar sentados. “Ao mellor non podemos estar todos xuntos, pero sí agrupados por idades e cun mesmo grupo de monitores. Contemplamos 8 escenarios para o campamento urbano e as mañás de verán, no mes de xullo”. Xulio si tiene algo claro es que más que nunca es muy necesario para los chavales correr y jugar.