La biblioteca Nós de Ourense acoge este viernes la presentación de “Alhaja”, la primera novela del escritor madrileño Ángel de Frutos. Esta historia trata la situación de las mujeres a inicios de los años 20 y tiene un profundo trabajo de documentación para acercarse lo máximo posible a la realidad de la época.
¿Qué es “Alhaja”?
Es un viaje a las primeras décadas del siglo pasado, acompañando a una mujer que decide rebelarse contra su destino impuesto.
¿Es la rebeldía de la protagonista el eje central del libro?
Sí. Lo que buscaba con este libro es ponerme en la piel de una de esas mujeres, que no tenían nada fácil dejar su papel. En el caso de la protagonista, es muy complicado para ella abandonar un pueblo pequeño en el que limpiaba casas y en la novela se pueden ver todas las problemáticas que implica esta decisión.
¿Cuáles son esas problemáticas?
Por un lado está la situación laboral. Para las mujeres era complicado empezar a meter cabeza en este aspecto más allá de profesiones como la limpieza o algunas fábricas. Y, por otro, está tener en contra a una gran parte de la sociedad que no veía con buenos ojos que las mujeres empezasen a asociarse y a trabajar en ciertos sectores.
Carmen, la protagonista, nace en un pueblo de Huelva, pero bien podría ser de Ourense.
Perfectamente, porque además, cuando llega a Madrid, Carmen se encuentra a muchas otras mujeres de otros puntos de España en su misma situación. El objetivo, salgan desde donde salgan, es el mismo: salirse de su realidad para construir la suya propia.
¿Y no busca llevar todo ese progreso a su pueblo?
Sí. También quería dejar clara la gran diferenciación entre el rural y la ciudad en ese momento. Las grandes revoluciones están ocurriendo en las ciudades y, cuando vuelve a su realidad en el pueblo, Carmen tiene una visión muy diferente e intenta que evolucione de la misma forma.
¿Llevar al rural estas revoluciones sigue siendo la gran asignatura pendiente a día de hoy?
Creo que es bastante diferente, ya que con los medios que tenemos es más fácil desarrollarse en el rural de forma muy similar a una ciudad.
¿Es la de Carmen, y la de la mujer, la historia de una constante cuesta arriba?
Efectivamente. Es una historia de superación y también de sororidad. La unión entre las mujeres es la que les ha permitido llegar hasta donde están hoy en día superando todas las dificultades a lo largo de la historia.
