OURENSE

Jose´María: “Aquí estou ben, quentiño, que non se preocupen"

photo_camera José María, en lo que ahora es su casa.

José María vive al lado del Miño, bajo un plástico y sobre un pequeño colchón de espuma. Los vecinos alertaron de su situación ante las bajas temperaturas de estas noches 

Cierto. El abogado Atticus Finch lo aseveró en "Matar a un ruiseñor": "Verdaderamente, no puedes comprender a una persona hasta que no consideras las cosas desde su punto de vista". Aunque a veces esa comprensión resulte un proceso complejo difícil de asumir. Pero cuando José María asevera, con pleno convencimiento a través de una mirada tranquila y con una voz pausada que "aquí estou quentiño, quentiño, e non necesito nada máis. Onte a noite facía máis frío en Ourense", hay muy poco que se pueda rebatir, aunque ese aquí no sea más que una base de espuma que hace de colchón al lado del río Miño, unas mantas y un plástico sobre la cabeza.

Hace tres semanas que este hombre, llegado hace diez años desde Portugal, decidió ubicar en esta húmeda orilla su casa. Las bajas temperaturas de estos días alertaron a algunos vecinos que llamaron a la Policía Local para intentar buscarle un realojo más cálido, como informaba este periódico ayer. "Viñeron uns policías, pero eu estou aquí ben. Preocupados os veciños? Que non se preocupen por mín".

Entre los 49 o 50 años, como él mismo intenta recordar, ya no espera nada de esta vida, salvo "tranquilidade, a única cousa que quero", y se asombra ante la sola idea de cambiar el rumbo de su existencia. "Mire os periódicos e mire a xente que está na calle. Así que ter a idea de qué? de abandonar qué? A no ser que me tire ao río, que non e a primeira vez que o intento, que vida vou cambiar?". No hay una respuesta, no ya fácil, sino creíble, que ofrecer ante este planteamiento.

José María será un olvidado del mundo, pero él conoce el mundo que le ha tocado vivir: "Hai xente durmindo nos portais, nos caxeiros automáticos, e dígame unha cousa, que fas no caxeiro? de noite está ben, pero de día onde vas, e sobre todo agora de inverno?". Rechaza recurrir a ayudas de entidades sociales. "Uy, deixeme de todo iso, nada 'del Hogar', ni nada. Gústame este sitio, estou o meu aire". Sobrevive con lo que encuentra en la calle, en los contenedores, "eu casi nunca pido, vou por aí e collo algunha cousa, fruta ou algo. Como moi pouco. Para a bebida vou polos botellóns e busco botellas que teñan algo".

José María, conocido por muchos ourensanos como "el Portugués", asegura no tener familia. "Cando non hai diñeiro, non hai familia". Nunca ha estado casado ni tiene hijos, "grazas a deus", asegura, y sonríe: "Arrimado estuve algunha vez, algún ligue, pero fai anos". Afirma no tener miedo ni al frío, ni a posibles agresiones."Eu pola noite marcho para Ourense e estou por aí, aquí estou polo día para dormir e descansar".

Cuando se plantea cómo llegó hasta este aparente punto sin retorno, tuerce el gesto y asegura con indiferencia: "Cheguei aquí con miseria coma todo o mundo". Los periódicos forman parte de su paisaje personal, "gústame ler o que poñen", e insiste en que "agora estou ben", y aunque pueda parecer casi imposible, relata que " cando cheguei ao principio a Ourense estaba moito peor, baixo unha silveira e sen roupa ningunha, aí si que estaba mal". Tal vez sea cierto que sólo poniéndose sus zapatos y caminando con ellos se pueda, aunque sea muy de lejos, intuir esa libertad que tanto aprecia, aunque su precio resulte tan terrible .

Te puede interesar