VIOLENCIA DE GÉNERO

El asesino de Isabel Fuentes sigue sin recordar lo ocurrido en el CHUO

OURENSE. 08.06.2015. CHUO, SANTA MARIA NAI. ANICETO RODRIGUEZ ES TRASLADADO POR LA GUARDIA CIVIL. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Sanitarios y guardias civiles conducen al acusado, Aniceto Rodríguez, a la cárcel el día que salió del CHUO, en junio pasado.

Los forenses comenzaron una ronda de entrevistas para evaluar si puede ser imputado en un proceso penal tras de un ictus

Aniceto Rodríguez Caneiro (76 años), quien el 8 de mayo asesinó a su esposa, abandonó por unos días la cárcel pontevedresa de A Lama para someterse a un exhaustivo estudio psiquátrico por parte de los forenses de la delegación ourensana del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) con el que determinar su imputabilidad (si puede ser encausado en un procesamiento penal) y su capacidad procesal tras el ictus sufrido. La exploración médica también evaluará las capacidades del homicida antes, durante y después del delito imputado.

El investigado estuvo entre las diez y las dos de la tarde en el nuevo edificio judicial en donde un equipo de forenses comenzó su evaluación, que se prolongará durante esta mañana e incluso podría extenderse un tercer día.

Rodríguez, tras el asesinato de su mujer, Isabel Fuentes, en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), sigue sin recordar nada de lo sucedido debido a las consecuencias cerebrales que le dejó un accidente cerebrovascular (ACV) a las pocas horas de consumar el crimen e intentar autolesionarse.

Según confirmó su abogado, Jorge Temes, quien se entrevistó el pasado viernes con él en la prisión de Pereiro de Aguiar, "Aniceto sufre una limitación muy importante de la memoria" de forma que -añade- no recuerda nada de lo acontecido en el recinto hospitalario. Pero tampoco tiene recuerdos sobre el episodio acaecido un mes antes y que ahora se le atribuye a él: una tentativa de asesinato en la que su mujer quedó gravemente herida. El propio inculpado, aprovechando que Fuentes estaba en coma, denunció que unos ladrones habían entrado a su casa de Pazos (Verín) y la habían golpeado. Una versión que no acabó de convencer a la Guardia Civil de Verín tal como le trasladó a la jueza instructora. Esta última no acordó medidas de protección amparándose en que eran meras conjeturas.

Además, Aniceto Rodríguez, según confirmó su letrado, tiene "importantes dificultades para mover las extremidades superioress, manos y brazos", amén de no estar orientado espacialmente.

Precisamente, estos obstáculos han impedido hasta la fecha interrogar al encausado, pese a que hubo una tentativa previa en el módulo para presos del CHUO, el día en que recibió el alta médica. n
 

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