El detenido, herido al saltar una terraza cuando huía, no ocultaba el rostro y agredía a sus víctimas

El atracador del Eroski había asaltado en julio una joyería

Parte del botín del asalto del lunes y el cuchillo con el que golpeó a las víctimas.
El juez de guardia tomará declaración esta mañana a Rafael Liliner Gómez (39 años) y a José Pereira Pérez (42) por su presunta participación (el primero en calidad de autor y el segundo como cooperador) en el asalto a las dos empleadas del Eroski de O Couto el pasado lunes para apoderarse de los 20.000 euros que se disponían a ingresar en una sucursal bancaria de la calle Ervedelo. La Policía, en el registro del domicilio que compartían los arrestados, halló el cuchillo empleado para golpearlas así como la mochila en la que iba el dinero.
Liliner Gómez, oriundo de Venezuela, resultó herido al tratar de esquivar a los agentes que acudieron al piso de Alejandro Pedrosa, saltando una terraza de unos tres metros de altura. Llevaba consigo parte del botín (15.000 euros) y, según cree la policía, se disponía a huir a Portugal.

Los investigadores también atribuyen a este hombre, al que tildan de 'peligroso', la autoría del atraco perpetrado en diciembre en el mismo Eroski (emplazado en la calle Vila Real) en donde trabajaban las dos mujeres abordadas el lunes en la calle. En ese atraco, se apoderó de 11.000 euros tras intimidar con una pistola a los empleados (a una trabajadora la llegó a golpear).

Pero también lo inculpan en el robo de la joyería Canaima, en la calle Lamas Carvajal de la ciudad, en el mes de julio del pasado año. En ese momento, arrojando a la dependienta a suelo, abandonó de forma precipitada el local llevando consigo varias bandejas, cuyo valor no fue precisado.

Mientras que Rafael Liliner fue detenido el lunes, José Pereira era arrestado en la mañana de ayer en calidad de cooperador. La Policía cree que este último era quien estaba en el coche estacionado en la calle Dalí y al que se subió el hombre que intimidó a las trabajadoras del supermercado.

La imputación de los tres atracos, según la Policía, está bien cerrada ya que, según pudo saber este diario, alguno de los trabajadores del supermercado habría reconocido al individuo. Además, en el registro apareció el gorro con el que iba vestido ese día.

Según parece, en todos los robos con intimidación y violencia actuó a cara descubierta, si bien en el asalto de diciembre iba con abundante barba.

Tanto él como su compañero de piso carecían de antecedentes policiales por lo que no estaban fichados ni había fotografías suyas en los archivos policiales.

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