El atracador de Ourense que quería volver a prisión acepta dos años

El banquillo, vacío, ya que el acusado compareció desde la prisión.
photo_camera El banquillo, vacío, ya que el acusado compareció desde la prisión.
Atracó una jamonería de Ourense porque, según dijo tras ser detenido, quería regresar a la prisión, en donde permaneció la mitad de su vida. Francisco Javier Domínguez, que en noviembre cumple 59 años, tardó solo dos meses en volver a delinquir tras 30 años de condenas

A sus casi 59 años, el ourensano Francisco Javier Domínguez ha vivido en Euskadi, en donde se hizo joven, pero casi la mitad de su vida estuvo en prisión, en donde se hizo mayor.  Ha sido inquilino del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar aunque también pasó por Monterroso (Lugo). Esta semana se enfrentó a un nuevo juicio en el Penal 2, con una acusación por un delito que conoce muy bien, robo con intimidación. El atraco a una jamonería de la ciudad, que no llegó a consumar porque un empleado se encaró con él.  Aceptó, desde la cárcel, tras un acuerdo con la fiscal, dos años de privación de libertad. Los hechos que lo llevaron a juicio sucedieron cuando no habían transcurrido ni tres meses desde que consiguió saldar sus cuentas con la justicia -marzo de 2023- tras sumar casi 30 años de condenas que llenaría varias cajas.

Los hechos

 El 12 de junio del pasado año, sobre las 16.55 horas, entró a la tienda de Jamones Martínez en la calle Carriarico, junto al Barbaña, con un cuchillo en la mano. Para no ser reconocido, llevaba puesta la capucha de la sudadera y una mascarilla quirúrgica. Detrás del mostrador había dos empleados a los que pidió el dinero de la recaudación. Intentó acceder a la caja, pero desistió cuando uno de los trabajadores se enfrentó al asaltante con un cuchillo jamonero.  La Policía no tardó en detenerle. 

Pero lo más sorprendente, resultó cuando en su primera declaración en sede judicial admitió el asalto y explicó que lo hizo porque quería volver a la cárcel. No se adaptaba a la vida en libertad. Posteriormente, ya en prisión provisional por ese hecho delictivo, comenzó a tener más ganas de salir. 

Los atracos de Francisco Javier Domínguez comenzaron cuando el botín se contaba en pesetas, a finales de los 80 del pasado siglo. La adicción a las drogas le llevaba a encadenar un asalto con otro. Desde bancos -su mayor botín fue en 1997, en donde asaltó al director con un cuchillo y consiguió 200.000 pesetas (1.200 euros)- a la usuaria de un cajero, comerciantes o bolsos de mujeres que caminaban por la calle. Las armas empleadas, desde pistolas simuladas o cuchillos. En una ocasión, se valió de un spray para evitar ser detenido tras un atraco a un banco en 2012. Tiene en su historial sentencias por lesiones y atentado a la autoridad. 

En los 26 años, 33 meses y 200 días que suman todas sus condenas, hubo permisos pero también largos periodos de reclusión -hasta siete años del tirón- por quebrantamiento de condena (no regresó a la cárcel tras unos días de permiso).

Ahora, si en el trámite de ejecución de sentencia acredita que está a tratamiento para dejar las drogas podría serle suspendida la pena. En estos momentos, tiene ganas de festejar los 60 en libertad.

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