Tribunales

Los jueces no creyeron a una menor ourensana que denunció abusos

La acusación particular en el interrogatorio del entonces investigado (S.E.).
photo_camera La acusación particular en el interrogatorio del entonces investigado (S.E.).
La Audiencia repara en que ofreció distintas versiones y la falta de corroboración de la imputación

La Audiencia provincial absolvió este miércoles por falta de pruebas a César R.O., acusado de abusos sexuales a una niña de 13 años a la que conocía porque ambos frecuentaban una iglesia evangélica en la ciudad. La fiscal y la acusación particular pedían al imputado cuatro años de prisión por un delito de abusos sexuales continuados porque, presuntamente, habría establecido una relación amorosa con la menor durante un año. La víctima relató encuentros en la cafetería del acusado, en la que, según declaró en el juicio, "tenían lugar besos y  tocamientos que, más tarde, desembocaron en mensajes por redes sociales".

 La Audiencia provincial falló a favor del acusado porque el testimonio de la menor carecía de "la necesaria persistencia", debido a las diferentes versiones que aportó a lo largo del proceso penal. Mientras que en comisaría y en el juzgado de instrucción relató que solo mediaron besos con el acusado, en el juicio celebrado en la Audiencia incluyó que el investigado "le tocó por encima de la ropa los pechos y sus partes íntimas". Además de su débil testimonio, también faltaron "elementos objetivos que le presten corroboración periférica", es decir, que las pruebas presentadas son inacreditables.

 Ni la madre ni la amiga de la menor pueden demostrar que han visto claramente contacto entre ambos, en todo caso, la amiga alude a un "coqueteo". 

El informe psicológico concluye que "no se ha podido realizar un informe de credibilidad" debido a que "no se ha conseguido obtener un relato libre de lo hechos denunciados", indica el tribunal en la sentencia. 

Del mismo modo, los mensajes  telefónicos de alto contenido sexual a los que aludió la menor, tampoco sirvieron como prueba dado que la niña afirmó "que los había borrado", y tampoco se presentaron capturas de pantalla ni otras pruebas semejantes.

Finalmente, la baza que jugó la acusación de que la menor habría aumentado de peso como consecuencia de los abusos, tampoco fue válida porque "no se ve ratificado por el médico de cabecera".

El proceso finaliza así con la libre absolución de César R.O., quien desde un principio negó todas las acusaciones, a las que su abogado en el transcurso de la vista oral calificó de "el relato fantasioso de una niña".

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