Durante los últimos años los casos de abusos y violencia doméstica han ido viendo en decrecimiento las edades de los agresores mientras aumentaba las de las víctimas. Al Juzgado de Menores de Ourense llegan cada vez más denuncias de jóvenes que levantan la mano a padres y hermanos. “Adicciones a las drogas o enfermedades mentales están detrás de la mayor parte de los casos”, según valoran fuentes del Juzgado Penal 2.
El pasado 2021, fueron un total de 1.203 los procedimientos relacionados con la violencia en el ámbito familiar en la provincia, de los cuales 1.000 eran relacionados con la violencia de género y los otros 200, casos de agresiones a padres, hermanos o abuelos.
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En 2020 cuando comenzó la pandemia y se instauró el confinamiento, fueron 114 casos, habiendo aumentado un 90% en tan solo un año.
Los casos mortales de violencia familiar no son frecuentes en Ourense, contabilizándose dos crímenes en los últimos 15 años. En estos dos casos la drogadicción fue algo determinante para la conducta de los condenados. También hubo un tercer caso en Taboadela, en el cual el hijo figuró como investigado, pero se sobreseyó por falta de pruebas. Según la acusación, en este último caso no había toxicomanía, solo maldad.
