Las ayudas para el emprendimiento rural llegan a 183 jóvenes ourensanos

Un total de 183 jóvenes ourensanos (menores de 30 años) han recibido ayudas para emprender en el rural de la provincia, con el fin de luchar contra la despoblación. De estos, 92 son mujeres y 88 hombres, y todos viven en concellos de menos de 5.000 habitantes o en las localidades de Celanova y Xinzo de Limia, por ser municipios con saldo negativo de población. Son beneficiarios de las ayudas EmprendOu de la Diputación de Ourense, un programa pionero en Galicia: “Solo otras siete provincias españolas son beneficiarias de este programa del Fondo Social Europeo para menores de 30 años del reto demográfico”, explica Luz Doporto, diputada de Igualdad y Reto Demográfico. Así, desde que se iniciaron estas ayudas en el año 2019 se han repartido un total de 1.570.080 euros entre estos jóvenes emprendedores, “que han impulsado proyectos muy interesantes y muy variados”, asegura Doporto. “Es un éxito el programa, fue muy bien acogido entre la población joven y vemos que hay mucho talento. Los jóvenes le ponen mucha emoción, ganas y tienen, a nuestro criterio, un potencial enorme para el desarrollo del rural de la provincia de Ourense”, añade la diputada. Desde jóvenes que solicitan la ayuda para poder arrancar su negocio a otros que deciden impulsar su creatividad para atraer población al rural. Entre los 183 beneficiarios se encuentran mujeres emprendedoras en el mundo del motor, también las que se dedican a elaborar productos de cosmética comprometidos con el ecosistema y algunos que aprovechan los recursos, entre otros. Cintia Piña (Amoeiro): "Despois de facer a miña primeira ruta dixen: do camión non me baixo” Cuando era una niña, Cintia Piña tenía claro qué quería ser de mayor: camionera. “Meu pai tiña camións ríxidos e meu irmán tamén comezou a traballar niso, fíxose autónomo e comprou un camión, eu empecei con el para ver se me gustaba, porque eu sabía que quería ser camioneira, pero non sabía se iba aguantar o traballo do camión”, cuenta Cintia, quien tras finalizar el primer viaje dijo que “de aquí non me baixo”. Y así fue, hace dos años dejó su trabajo anterior y compró un camión. Para aliviar la inversión que supone, solicitó la ayuda de EmprendOu, pues cumple las condiciones: tiene 28 años y vive en Amoeiro. “Déronme sobre sete ou oito mil euros, e veu moi ben para pagar o combustible, porque dende que subíu tanto faise difícil esto”, señala Cintia, que tiene claro que “un camión se paga solo se tes traballo, sempre e cando teñas uns prezos regulables e razoables, pero con esta situación así non hai quen aguante o tirón, ahora trátase de resistir”. La jornada laboral de esta joven ourensana le permite dormir en casa. “Agora ando coa madeira e teño destino fixo a Asturias e Pontevedra”, relata Cintia, orgullosa de apostar por lo que le gustaba desde el rural. Adrián Abad (Baltar): “Teño unha tenda agrícola, a espera de abrir unha granxa de miñocas” Adrián Abad es de Baltar y decidió hacer su vida en este pequeño concello ourensano: “Xa compramos unha casa, estou totalmente instalado aquí, as miñas fillas van aquí o colexio, a miña muller tamén traballa no Concello… É unha gozada vivir en Baltar”, explica este joven de 29 años que tiene claro que la calidad de vida es mucho mejor en el rural que en la gran ciudad: “Eu levántome e en vez de escoitar coches, escoito paxariños”. Con sus planes en el rural decidió iniciar su proyecto estrella: una granja de lombrices para abono. “É un proceso lento, levo xa cinco anos e aínda queda moito, polo que abrín unha tenda agrícola para poder vivir”, explica Abad. Allí empezó vendiendo solo abono, pero ahora ya tiene productos muy variados, desde abono, piensos y cereales hasta plantas y pollos. “Teño un pouco de todo o que se precisa aquí no campo, no rural”, asegura. Para sufragar los gastos diarios solicitó la ayuda del programa EmprendOu, que le fue concedida el pasado año y le otorgó un total de ocho mil euros aproximadamente. Natalia Carballo (Montederramo): “Estou moi contenta co taxi, emprendín nesta aventura e non me falta traballo” Natalia Carballo es una de las pocas taxistas que quedan en Montederramo. Fue precisamente ese motivo por el que decidió aventurarse a adquirir una plaza de taxi en su concello natal. Con tan solo 25 años lleva recogiendo clientes desde hace un año y ocho meses, y la ourensana asegura que “estou moi contenta, emprendín nesta aventura do mundo do transporte e a verdade é que me vai ben, como din os nosos maiores, grazas a Deus non me falta traballo”. Y es que Carballo trabajaba en un restaurante desde hace siete años, pero animada por el propio Concello decidió cambiar su puesto de trabajo en plena pandemia. Para sufragar los gastos solicitó la ayuda de EmprendOu el pasado año, recibiendo entre ocho y nueve mil euros. Ahora, realiza rutas fijas, como el transporte escolar y servicios del Sergas, y en verano traslada turistas con alguna compañía de turismo, además de clientes particulares. Ana María Álvarez (Sarreus): “El rural necesita jóvenes, son lugares muy buenos para nuevas oportunidades” Ana María Álvarez se crio en Andalucía, pero sus orígenes están en Sarreaus. Con el propósito de luchar contra la despoblación, a los 28 años se volvió al rural ourensano para aportar su granito de arena: creó una empresa de cosmética natural sólida. “Empecé a sacar productos en febrero y está teniendo muy buena acogida, cada colección que saque irá sobre un pueblo en peligro de despoblamiento, la primera es “Colección Sarreaus” y utilizo plantas típicas de la zona para el producto”, explica la joven. Para tener una seguridad solicitó la ayuda de EmprendOu, la que se aprobó este año por un importe de algo más de ocho mil euros. Ahora, Ana María continuará trabajando desde el rural porque tiene claro que “necesita gente joven, y son lugares muy buenos para crear nuevas oportunidades económicas, profesionales y laborales”. Iván Fernández (Celanova): “O reparto a domicilio é algo que me chamaba a atención, estou contento” Iván Fernández es el encargado de llevar al domicilio de los celanoveses todo aquello que pidan en los comercios locales, ya sea comida, un paquete de ropa o libros de lectura. En diciembre de 2020 se aventuraba en esta modalidad del mundo del transporte, a través de la asociación de comerciantes de la localidad. Con 26 años se convirtió en autónomo e inició esta aventura innovadora en Celanova. “É algo que me chamaba a atención, son daquí e este servizo é necesario, e por sorte vai ben. Estou moi contento coa decisión que tomei, ademais é algo local de Celanova”, explica Iván. Para hacer frente a los gastos derivados del alta de autónomo y la adquisición del material de trabajo, entre otros factores, el joven decidió pedir la ayuda del programa EmprendOu de la Diputación, con el que recibió el pasado año unos ocho mil euros de ayuda. Lorena García (Vilariño de Conso): Pódense crear postos de traballo no rural emprendendo con servizos novos” Lorena García es de Vilariño de Conso y tiene 29 años. Decidió quedarse en el rural y emprender desde allí. Levantó una empresa de servicios informáticos: “Fago un pouquiño de todo, porque igual si que é certo que de arranxar ordenadores aquí é máis difícil vivir, pero se tocas todos os campos si que é posible”, cuenta la joven, que diseña páginas web, realiza arreglos e instalaciones de programas, servicios de diseño y docencia, etc. “Optei por montar aquí a empresa porque é a profesión que me apaixona e un sector que non hai na zona, polo que podo axudar á xente, ademais sempre tiven claro que quería vivir en Vilariño”. Con una ayuda de entre siete y ocho mil euros de EmprendOu del 2020, Lorena impulsó su negocio y ahora tiene claro que “se poden crear postos de traballo emprendendo no rural e con servizos novos”, concluye.