La Casa da Cultura acogió el concurso de los más pequeños que desfilaron con gracia ante el público que les aplaudía desde las butacas.
Pequeñas flamencas, hippys, chinas, princesas, animalillos variados, elegantes caballeros, soldados armados, todos formaron parte del concurso que tuvo lugar en la tarde de ayer en la Casa da Cultura de Barbadás.
A cubierto y cómodamente sentados en sus butacas, los espectadores, ajenos a las inclemencias del tiempo, se dedicaron a disfrutar con el desfile del concurso y las buenas maneras de hacer de los jóvenes participantes.
Tras una inscripción previa que les servía para tener un número de identificación para las posteriores votaciones, los participantes esperaban tras las bambalinas el momento de salir a escena y algunos incluso ensayaban su particular coreografía.
Los más pequeños estuvieron acompañados por familiares para que la espera no se les hiciera demasiado dura. Tanto para los desfilantes como para el público lo más importante de la tarde no fue el concurso en sí, sino el pasar un rato de manera divertida y asegurando el futuro de una tradición enraizada ya en Barbadás.
Para hoy, si el tiempo no lo impide, los vecinos de la zona tienen en su agenda el desfile del Entroido, donde comparsas y carrozas pondrán la nota de color y de música a la tarde, última ya del Carnaval, antes del arrepentimiento del miércoles de ceniza.
