La Confederación Hidrográfica las atribuye a la turbulencia del agua
Los técnicos ambientales y guardas fluviales de la Confederación Hidrográfica Miño Sil tomaron muestras de las espumas que aparecieron ayer en el río Barbaña en todo su recorrido desde A Farixa. El color blanquecino del agua fue percibido inmediatamente por las personas que a diario transitan por los paseos ribereños del Barbaña, uno de los ríos en peor estado de toda la provincia y víctima en los últimos años de reiterados vertidos contaminantes. Uno de ellos, en el 2009, acabó con toda la vida piscícola del río y todavía está pendiente de resolución judicial.
El punto donde apareció ayer la espuma es una zona en la que hay un pequeño salto de agua. Según indicó ayer el organismo de cuenca, "la presencia de materia orgánica en el río, al producirse agitación en el agua, produce espumas aguas abajo de zonas turbulentas".
Los técnicos admiten que las espumas en zonas remansadas o las orillas del río debido a la presencia de ramas o rocas se acumulan y dan un aspecto desagradable, pero insisten en que este caso forma parte de "de la propia autodepuración del río".
Los guardas fluviales recorrieron todo el trayecto urbano del río en busca de hallazgos contaminantes y tomaron muestras.
