La Federación Limiar premió ayer la labor colectiva realizada por la Fundación San Rosendo a través de la figura de su fundador
La Federación Limiar premió ayer la labor colectiva realizada por la Fundación San Rosendo a través de la figura de su fundador, Benigno Moure Cortés.
¿Cómo y cuándo nace la Fundación San Rosendo?
Se puso en marcha en el año 1992, debido a que ya teníamos 14 residencias de acogida dentro de Cáritas y eso requería que pasáramos a ser entidad propia. Por dos razones: en primer lugar el volumen y entidad que había adquirido la iniciativa, y en segundo término, la independencia que tiene la Fundación y está estipulada en sus estatutos, algo que no podía desarrollar dentro de Cáritas.
Parece que hubo una visión de futuro en esta iniciativa, dado el envejecimiento que está padeciendo la provincia.
No sólo la provincia sino toda Galicia, sobre todo el mundo rural, donde hay necesidad de atender a los ancianos o disminuidos y también de fijar población; en este segundo apartado hay que resaltar que hay pueblos que viven prácticamente gracias a nosotros, a los trabajadores que están realizando su labor en la Fundación. Se puede decir, por tanto, que desde San Rosendo estamos fijando población en el rural. De hecho hay una lista larga de pueblos que nos piden una residencia, porque saben que eso asegura su futuro. Y hay que destacar que son muchos los trabajadores que nos piden realizar su labor a tiempo parcial, para poder compatibilizarlo con otras tareas en su casa o en el campo, algo que nosotros facilitamos.
La Fundación no sólo tiene residencias de mayores...
No, las tenemos muy diferenciadas, hay residencias para mayores, pero también para paralíticos cerebrales, gente joven asistida por invalidez, hicimos la primera residencia de Europa para afectados de alzhéimer, la de Santa Cruz... Tratamos a todas esas personas que requieren una atención especial.
¿Y se requiere un poder adquisitivo alto para entrar?
No, atendemos a todos. Nadie queda fuera de la Fundación por la economía, incluso tenemos gente de la no contributiva.
Una Fundación que no se ha quedado únicamente en las residencias.
No, también hay que señalar el esfuerzo que hicimos en el desarrollo del termalismo, que también es un elemento enormemente positivo para la salud y, por otra parte, contribuye al desarrollo de las comarcas, ya que el propio balneario va creando un dinamismo económico en torno a sí. Es cierto que no está contribuyendo todo lo que quisiéramos, porque hay países europeos, que conocemos, que le sacan un mayor rendimiento y hay muchísima más gente que vive del balneario, porque tienen más negocios e iniciativas ligadas al establecimiento termal que les permite sacar rendimiento gracias a ese foco de atracción.
Pero parece que hay un empeño de las instituciones en este campo.
Sí, pero ahora falta que ese apoyo cuaje.
¿Y cómo está a día de hoy la Fundación San Rosendo?
Contamos con 70 residencias, más los balnearios, más las dos casas rurales, en torno a 1.700 trabajadores y alrededor de 3.600 acogidos.
¿El reto de la Fundación?
Mantener el ISO de calidad que ofrecemos en todas nuestras residencias en el trato personal y el médico.
