Ser camionero o llevar un autobús no es la profesión de moda. Tanto la Asociación Empresarial de Transporte de Mercancías por Carretera de Galicia (Apetamcor) como la agrupación de Autoescuelas de Ourense, concuerdan en que cada vez es más complejo encontrar conductores profesionales.
Tanto es así que, desde noviembre de 2022, se está preparando una medida para paliar -de forma temporal- esta carencia: traer a chóferes de Perú, un país con una orografía equivalente a la gallega y con permisos convalidables con el carné español.
El objetivo de Apetamcor es incorporar a jóvenes en el sector, pero el relevo generacional se hace derogar. La Federación Galega de Transportes de Mercancías (Fegatramer) calcula que en la provincia hay cerca de 3.660 conductores de profesión. De estos, la mayoría (2.196) tienen más de 50 años y 1.208 se jubilarán en los próximos cinco años. Actualmente, la edad media de un camionero en Ourense es de 54 años y desde las autoescuelas notan un desplome de los alumnos que se interesan por obtener los permisos C, D y sus variantes.
La secretaria general de Apetamcor, Myriam Otero, señala que “las empresas no encuentran conductores y en España no hay opciones. Por eso estamos trayendo a través de una empresa a un contingente de 200 conductores de Perú”, explica. A finales de agosto se incorporarán 40, que ya cuentan con formación, y después de verano, otros 20 que recibirán aquí los cursos.
Esta medida llega de forma urgente, dado que si la falta era notoria en invierno, todavía crece más en temporada estival: “En noviembre necesitábamos 200 camioneros en Galicia y en verano hasta 100 más”, indica la secretaria general. Con los chóferes de autobús ocurre el mismo problema. “Que no haya conductores no es solo grave para el sector del transporte, sino para el resto de industrias y la sociedad en general”, asegura Otero.
Posibles causas
Entre los motivos por el que hay una notoria ausencia de profesionales, la secretaria general de Apetemcor apunta a la compleja -y en muchos casos costosa- formación que requiere. “Hay que hacer un CAP inicial de 150 horas, un examen en la Xunta, tener todos los carnés y realizar pruebas tanto teóricas como prácticas. En total, el proceso de habilitación podría ascender a 2.000 euros”, indica Otero. Además, cada cinco años deben renovar todos los permisos obtenidos. “Esto lastra el progreso de las empresas de transporte de mercancías por carretera, un sector con mucho margen de crecimiento”, indica Otero.
Contratados al momento
Luis Novoa, presidente de la asociación de autoescuelas de Ourense, constata la escasez de vocaciones en el negocio. “Es una carencia que lleva años notándose. No hay gran demanda, posiblemente porque faltan ayudas para la formación y para que la profesión se vuelva un poco atractiva. No dormir en casa y tener que pasar muchas horas no es quizá lo más sugerente”, reflexiona.
De hecho, todo el que acude a una autoescuela a sacarse el carné, “tiene una oferta de trabajo justo después de examinarse”, afirma. Novoa explica que las últimas personas que pasaron por alguno de estos cursos salieron empleados: “Las empresas llaman cada poco, interesándose por los alumnos que están cursando”.
“Esta semana, una empresa me pidió que le recomendase a algún alumno pero, tal es la situación, que absolutamente nadie está libre y no le pude recomendar a nadie”, indica el presidente. Por otra parte, apunta que esta carencia comenzó a notarse tras la pandemia.
En la provincia, 13 de las 44 autoescuelas ofrecen formación en los permisos C, C1, C+E, D y D1. De ellas, la mitad se concentran en la ciudad y otras tres solo en O Barco de Valdeorras.
Permisos otorgados
Desde la Dirección General de Tráfico apuntan que son pocos los que acuden a examinarse para la demanda existente. En 2022 y lo que va de 2023, se expidieron 23 permisos C, para camiones sin remolque; seis permisos C1, para camiones de hasta 7.500 kilos; 52 licencias C+E, para tráilers con remolque; seis licencias D, para autobús y ningún permiso D1, empleables solo para buses pequeños.
