María Agras Pérez,ferrolana de 37 años, lleva 15 trabajando como fisioterapeuta y en la actualidad desarrolla su labor en el establecimiento termal de Laias, donde participa en el Proyecto Experiencia Activa.
¿Qué ofrece un establecimiento como éste de Laias?
El balneario funciona como un centro de fisioterapia cualquiera, pero con el añadido de que contamos con muchas más técnicas que las que uno puede encontrar en cualquier clínica de fisioterapia de Ourense. Aquí contamos con un elemento distintivo y exclusivo que es el agua, tenemos la piscina para poder trabajar, técnicas de agua, chorros, etcétera; todo ello, compaginado para que el tratamiento sea mucho más beneficioso para la persona que acude a nuestro establecimiento.
¿Qué otras características ofrece este tipo de tratamientos?
Aquí trabajamos bajo consulta médica; la médico determina primero si hay contraindicación con alguna técnica y luego pauta el tratamiento y la aplicación de las medidas más convenientes para esa dolencia en particular. A partir de ahí, trabajamos en la piscina, en el gimnasio... lo que cada usuario requiera.
Con tantos años de experiencia ¿cuál es la respuesta que percibe a estos tratamientos?
Hay de todo, clientes y pacientes, pero en general creo que el resultado es bastante satisfactorio. Las personas mayores vienen a mejorar su calidad de vida y, aunque milagros no hay, ven que, a pesar del paso de los años, la gente mantiene una independencia y eso es lo que buscan, ser autosuficientes el mayor tiempo posible.
En todos estos años, ¿ha notado un aumento de los usuarios jóvenes?
La verdad es que sí, ha cambiado mucho la cultura de balneario. Yo cuando entré en este mundo tenía la idea de esa gente mayor que acudía a los balnearios a tomar las aguas, que decía mi abuela. Pero ahora hay mucha gente que aprovecha los fines de semana para venir aquí a descansar, a relajarse, a hacer sus cosas con tranquilidad... Hoy en día la gente joven también se cuida, a nivel estético, pero también tienen problemas de espalda, que pueden solucionar en establecimientos como éste.
El estrés también cuenta.
Sin duda, hay mucha gente que, antes que ir a la playa, acude a los balnearios para pasar un fin de semana relajante, en el que pueda olvidarse del frenesí del día a día, tener todo hecho, levantarse con tranquilidad y sin prisas, y, aparte, disfrutar de un tratamiento que le puede venir bien para la espalda o para otras dolencias habituales en este tiempo .
