Los camposantos de las villas se llenaron del aroma y color de las flores

Los vecinos de Celanova se acercaron al camposanto con sus flores. (Foto: MARCOS ATRIO)
Los cementerios se hicieron protagonistas también ayer en las villas de la provincia.
En Celanova, tal y como destacaba su párroco César Iglesias, los feligreses aprovecharon la jornada festiva para asistir a las celebraciones litúrgicas de sus respectivas parroquias, no sin antes darse una vuelta por el camposanto de San Verísimo cargados de flores y plantas en recuerdo a sus seres queridos. Una visita que, para los conductores, fue mucho más sencilla con la habilitación como aparcamiento de una de las fincas junto a la carretera OU-540. Por contra, los peatones lamentaron la dificultad de acceso al camposanto por la puerta anexa a la iglesia, donde las centenarias tumbas dificultan el paso a los visitantes.

Los barquenses, junto a la tradición de poner flores sobre las tumbas, aprovecharon para interesarse por el proyecto de ampliación, cuyas obras comenzarán esta semana, y que resolverá la falta de tumbas libres.

Los cementerios de San Cibrao de Señorín, en Carballiño, y de Santo Domingo, en Ribadavia, congregaron a cientos de familias. Los párrocos respectivos, Xosé Benito Sieiro y José Mario, oficiaron una celebración litúrgica en homenaje a los fallecidos.

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