OURENSE

Carballo: ‘Llevaré mi desalojo del cine hasta donde se pueda'

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photo_camera Javier Carballo, a las puertas del centro comercial Ponte Vella, donde se encuentra el cine.

El caso del ourensano expulsado por llevar una botella de agua desata un amplio debate en internet

El caso de Javier Carballo y su botella de agua en el cine ha desatado la polémica en la ciudad, e incluso fuera de ella, a través de las redes sociales, Son opiniones, unas a favor y otras en contra, pero todas enmarcadas en un vacío legal. La administración competente -la Xunta de Galicia- no contempla ninguna norma que aborde la cuestión de entrar a una sala de cine con comida o bebida comprada en un establecimiento externo. Pero éste no es motivo para que Javier Carballo haya dado el caso por cerrado. "Al margen de quien tenga la razón, voy a presentar una reclamación en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y lo llevaré hasta donde pueda económicamente, después de haber reclamado ya en el cine el mismo día de los hechos", dice Carballo, a quien le fue devuelto el dinero de las dos entradas (su hijo acabó de ver la película).

Desde que La Región publicó lo que le había acontecido, el ourensano no ha parado de recibir mensajes de apoyo a través de las redes sociales, "a los que les estoy muy agradecido", resaltando que "incluso hay varios abogados que están dispuestos a llevar el caso lo más lejos posible". "También es cierto que hay gente que no lo ve desde el mismo punto de vista que yo, y también lo respeto. Más que nada porque cualquiera puede tener razón", añade.

Lo que más molesta a Carballo "no es el hecho de que no se permita al público entrar con agua de fuera, sino la forma en la que sucedieron los hechos", explica. "Cuando todo se aclare, sí que me gustaría pedir explicaciones en la Policía Nacional de si los agentes que intervinieron tenían conocimiento de la normativa o actuaron simplemente por petición de Galicine", apunta Carballo.

Las fuentes administrativas del departamento de Espectáculos Públicos de la Xunta consultadas insisten en que "tratándose de un vacío legal, es un caso vinculado al derecho de admisión". "Es un recinto privado en el hay unas normas dentro de la ley, porque en la entrada del cine hay unos carteles que informan de que no está permitido el acceso con mochilas, comida o bebida. Además, disponen de unas taquillas para poder dejar las cosas y recogerlas a la salida del recinto", explican.

Por su parte, la gerencia de la empresa Galicine continúa sin dar respuesta a las llamadas realizadas desde La Región.

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