EN LA CIUDAD

El casco antiguo de Ourense ha renovado en 20 años mil de sus cuatro mil viviendas

El Plan Especial de Reforma Interior, aprobado en 1996, impulsó la rehabilitación del barrio y de más de un millar de viviendas

El Concello de Ourense celebra este año un aniversario muy importante para la ciudad, la aprobación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del Casco Vello, un instrumento que vio la luz en un pleno de abril de 1996 -en el que se trabajó desde la aprobación del Plan Xeral de Ordenación Municipal de 1986- y que se convirtió en la salvación para un barrio con el diagnóstico de "enfermo terminal" que, dos décadas después, puede presumir de haber conseguido una recuperación sólida -aunque mejorable- gracias a las intervenciones y al apoyo económico de todas las administraciones, lo que permitió recuperar alrededor de un 25% de las 4.000 viviendas con las que, aproximadamente, cuenta el Casco Vello, en el que en estos años también se incidió en la peatonalización, restringiendo el tráfico rodado a residentes y comerciantes.

Las principales actuaciones se realizaron en la zona sur del barrio, entre la Praza Maior y el Jardín del Posío, una zona muy afectada en los años 90 por la marginalidad, con problemas de drogas y prostitución y gran parte de los edificios en estado de ruina. En la actualidad, esta situación ha dado un giro pero todavía queda mucho trabajo por hacer, como por ejemplo poner fin al apuntalamiento de edificios que en algunos casos se prolonga desde hace una década -la rúa Hernán Cortes, por ejemplo-, o la paralización de proyectos inmobiliarios que no han despegado, como el de la confluencias de las rúas Pelaio y Trinidade.

"Se hicieron cosas, pero no las suficientes, en el fondo sur estamos todavía abandonados en parte", destaca la secretaria de la Asociación de Vecinos del Casco Vello, Julia Vázquez, que ha residido en el barrio durante toda su vida.

El PERI recibió un gran impulso a principios del presente siglo, con la inyección de los fondos comunitarios del Plan Urban, que supuso una inversión de 1.800 millones de pesetas -algo más de 10 millones de euros- durante seis años con los que se desarrolló, entre otras cosas, el plan de rehabilitación de cerca de 60 fachadas y cubiertas, se renovó el pavimento y la iluminación y se dio un importante empujón a proyectos como la rúa dos Artesáns, que no llegó a consolidarse, permaneciendo actualmente solo unos pocos negocios de estas características. El Concello optó a una segunda línea de subvenciones de este plan que nunca llegó.

La ejecución del PERI también supuso la revitalización de varios espacios del Casco Vello convertidos en edificios de uso público. Ejemplos de esto son el Centro Cívico Colón, la sede de la Concejalía de Urbanismo, el Centro de Iniciativas Empresariales o el Centro de Interpretación de As Burgas, que han dado un mayor dinamismo al barrio, que también se ha rejuvenecido, dando cabida a mucha gente joven, algo de lo que carecía en 1996,y de innovadores negocios, aunque no todos han corrido la misma suerte. Los pros y los contras de un plan que reactivó el corazón de Ourense, pero que no ha terminado por cumplir todos los objetivos con los que nació. 

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