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El "caso Esmorga", el juicio más largo para un tribunal popular

Eduardo López
photo_camera Eduardo López, uno de los inculpados, en una inspección ocular en su casa de Cameixa (MARTIÑO PINAL).

La Audiencia reservó dos semanas de sesiones para juzgar a dos acusados de asesinato

La Audiencia ha reservado dos semanas -del 23 de abril hasta el 7 de mayo, día previsto para las conclusiones- para enjuiciar el llamado crimen de A Esmorga: en alusión a la muerte violenta del joven rumano afincado en Carballiño Alexandru Walter Boghiu el 20 de diciembre de 2014. Hasta la fecha, es el juicio con tribunal del jurado más largo desde que comenzaron a celebrarse hace 23 años (la norma que lo regula es de 1995 y Ourense acogió el primero en 1996). Están citados, casi medio centenar de testigos y una veintena de peritos.

Otra de las características atípicas de este proceso es que los acusados, Óscar Estévez López y Eduardo López Fernández, se sientan en el banquillo acusados de asesinato pero sin esposar ya que solo estuvieron año y medio en prisión preventiva.

Nueve ciudadanos legos en Derecho serán los encargados de emitir un veredicto de culpabilidad o no . Posteriormente, la magistrada María de lo Ángeles Lamas, a quien corresponde presidir el tribunal, realizar el ajuste legal (la sentencia). A los jurados compete decidir si al joven de 22 años murió de forma accidental al caer al canal del río Viñao (Boborás) o los inculpados lo golpearon brutalmente y lo arrojaron malherido para que pereciese ahogado. Horas antes, habían estado toda una noche de juerga, con mucho alcohol, drogas y frases fuera de lugar (los imputados aseguran que el rumano amenazó con violar a la mujer e hija de Óscar).

Por un lado, la fiscal y el abogado que representa a la madre de la víctima reclaman duras penas de prisión en sus escritos de calificación provisional: entre los 18 y los 25 años de prisión, respectivamente, por asesinato con alevosía. Los letrados de las defensas solo están de acuerdo en que sus clientes no mataron a la víctima.

Eduardo López llegó a declarar que fue su amigo quien golpeó al joven a orillas del canal y que incluso llegó a mediar para parar la agresión. Ya en el agua, sin llegar a ver cómo cayó, también sostiene que intentó rescatarlo cuando lo vio bracear, pero no lo consiguió debido a la fuerte corriente.

Por su parte, Óscar Estévez culpabiliza al fallecido de agredirlo previamente con una navaja, cuando iban todos juntos en el coche. Según su versión, "carece de sentido buscar una intencionalidad en la muerte de Alexandru cuando en el canal circula el agua con una profundidad de un metro". Para su letrado, la reyerta fue cosa de tres, la caída, accidental y la borrachera de la víctima la que determinó que muriera ahogado. 


El proceso por la muerte de Virgina Ferradás, en junio


La Audiencia acogerá este año dos juicios con jurado popular -el año pasado solo hubo uno y en 2017, ninguno-. Tras el del crimen de A Esmorga, le toca el turno en junio al carballiñés José Alén, acusado por el fiscal de matar el 29 de enero de 2017 a su mujer, Virginia Ferradás, aunque no era plenamente consciente debido a la enfermedad neurodegenerativa que padece. En este caso, la Audiencia denegó su excarcelación, prorrogando la prisión provisional.

La acusación pública le aplica una eximente completa de la responsabilidad penal por anomalía psíquica al delito de homicidio, reclamando su internamiento en una cárcel psiquiátrica penitenciaria por un tiempo máximo de 14 años.

La acusación particular reconoce la patología del inculpado pero no se pronuncia sobre si cabe aplicar una eximente. Acusa también por homicidio y reclama 15 años de cárcel.

La defensa interesa la absolución. Alega que Alén no era capaz de matar a su esposa -murió por asfixia, estrangulada-, y siembra la duda porque en las uñas de la mujer había ADN de otra persona no identificada, un hecho que la jueza instructora atribuyó a situaciones comunes como puede ser un apretón de manos con un conocido. 

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