El festejo contó con la presencia del conselleiro de Medio Ambiente y recibió a más de 6.500 personas

Castro Caldelas, a la luz de los fachós

Más de 6.500 personas disfrutaron de la tradicional fiesta. (Foto:  Martiño Pinal )
Unos 600 fachós desfilaron ayer ‘entre lusco e fusco’ por Castro Caldelas en su tradicional ‘Festa dos fachós’, documentada desde 1750, y que reunió a más de 6.500 personas, triplicando un año más la población de la localidad. El ‘gran fachón’ recorrió en procesión las calles de la localidad.
Más de 6.500 personas se dieron cita ayer en la localidad de Castro Caldelas para ser parte de la tradicional ‘Festa dos fachós’, en la que desfilaron por las calles unas 600 antorchas.

Las actividades comenzaron a partir de las 19.15 horas, con el inicio de la procesión ‘entre lusco e fusco’, desde el santuario de Os Remedios y recorriendo todas las calles del casco histórico hasta el Castillo.

Los fachós regresaron después al santuario y sus restos se depositaron en una gran hoguera. A partir de ahí comenzó la parte musical y gastronómica de la fiesta, en la que participó el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, quien invitado por el alcalde de Castro Caldelas, Eladio Osorio, se encargó, junto con la diputada autonómica, Laura Seara, y el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, de prender el ‘gran fachón’, creado en representación de los fachós que cada barrio elaboraba antiguamente a modo de concurso.

La edil de Cultura en Castro Caldelas, Sara Inés Vega, manifestó por su parte que la fiesta ya había empezado ‘un año antes’ para todos los vecinos del municipio, pues para la elaboración de los fachós es necesario ‘disponer de paja’, que siembran los ciudadanos ‘al viejo uso, a través del sembrado, segado y malla de forma tradicional’. Aclaró que fueron aproximadamente dos tractores llenos de paja los que se utilizaron en la celebración.

Además del fuego y de la paja en estos festejos destaca también el elemento gastronómico, ya que los chorizos que se ofrecie ron fueron elaborados con carne de cerdo de la zona y servidos a la brasa. También hubo música y vino de la denominación de origen Ribeira Sacra elaborado en Castro Caldelas, bica y queimada.

El origen de esta fiesta tiene varias teorías, desde las que hablan de que era una fiesta pagana de culto al sol, hasta un ritual higiénico-sanitario contra la peste en la Edad Media.

La fiesta cuenta con documentación escrita a partir del año 1750, lo que indica que es una de las fiesta más antiguas de Galicia documentada. En el mismo documento, se cuenta que el pueblo de Castro Caldelas pidió la intervención ante la peste a los santos San Sebastián y San Roque, y dado que cesó esta epidemia los vecinos celebraron esta fiesta y levantaron un pequeño altar, dedicando la festividad a estos dos santos, ante el Nuncio Apostólico.

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