Exasesores y ediles de DO no adscritos presentaron su integración a la Coalición de Centro Democrático (CCD) para “no ser cómplices” irregularidades” de Gonzalo Pérez Jácome “que hemos visto y vivido” para representar a los votantes de DO “que no entendieron ni entienden” el pacto con el PP para “mantener a Baltar en la Diputación”. Ediles como María Dibuja, Maite Garrido y Manuel Álvarez, así como Bruno Blanco, exasesor que denunció a Jácome, completan el equipo de CCD, formación centrista y liberal heredera del Centro Democrático y Social. Defienden su legitimidad para hacer política, porque “a nosotros nos han votado”, dijo el coordinador provincial, José Manuel Palacios, también exasesor.
Se ofrecen como “alternativa al baltarismo”, ya que consideran el gobierno de la Diputación un “tapón” para la provincia, y se muestran convencidos de que no pactarán “con quien facilite que nada cambie”, sin poner líneas rojas pero sin contar ya a Jácome, quien “acabará inhabilitado, sin lugar a dudas”. Todo ello, resaltaron, con un mensaje claro de que “no tenemos miedo de enfrentarnos al poder establecido”, ya que aseguran que tienen “la llave” e intentarán que “esta vez sea la buena” para cambiar la política ourensana. El anterior intento, que se inició con las denuncias en Fiscalía a Jácome y la deserción de concejales, se hizo porque “el que sobraba era Jácome” para un plan final, confesaron en boca de Palacios, de “acabar con el baltarismo” y volver a la situación “original” de pactar con el PSOE, algo que no salió adelante y que ahora intentarán de nuevo con nuevas siglas.
Se consideran la “única alternativa ilusionante para acabar con décadas de caciquismo”, como manifestó David García, presidente nacional del CCD y alcalde de Nules (Valencia), quien avanzó que el 27 y 28 de noviembre se celebrará en Ourense el Congreso Nacional de la formación como apoyo a estos ediles, a quien el partido contactó al comprobar su “honor, compromiso y responsabilidad” al abandonar el gobierno local y perder “derechos y privilegios” pasando a ser no adscritos, lo que les convierte en “díscolos con orgullo” por su “valentía y firmeza”.
