Alumnos del CEIF Eloísa Rivadulla de Ribadavia participaron en un taller de cocina en la Escola de Hostelería de Vilamarín en el que elaboraron pizzas y galletas cubiertas de chocolate.
La Escola de Hostelería de Vilamarín abrió ayer sus puertas a 56 alumnos del colegio público Eloísa Rivadulla, de Ribadavia, para introducirles en el fantástico mundo de la cocina. Por unas horas, los chicos, de entre seis y ocho años, se convirtieron en auténticos exploradores gastronómicos y se sintieron como auténticos chefs elaborando pizza y deliciosas galletas recubiertas de chocolate.
Los más glotones no se resistieron a la tentación y, como buenos cocineros, probaron los platos que prepararon con ayuda de los profesores de la escuela Isaac Peña, Isabel López, Mely Lorenzo, Eva Fachada y Ángel Piñeiro. Después, tocará aplicar en casa las recetas aprendidas y compartirlas con padres, hermanos y abuelos para disfrutar de la cocina sana en familia. Precisamente, el objetivo de la actividad es despertar entre los niños el interés por la cocina "al mismo tiempo que aprenden lo importante que es mantenerse activos y comer saludable", explicó Mercedes Otero, una de las profesoras del colegio. Por supuesto, fomentar el trabajo en equipo en una jornada diferente a la habitual, lejos del aula y los libros.
Tras una mañana de trabajo, los chicos repusieron fuerzas quedándose a comer en el comedor de la Escola de Hostelería de Vilamarín, a cargo de Antonio Caride, su actual director. Les tenían preparado un menú especial compuesto de arroz con verdura y, de segundo plato, albóndigas con patatas. Por supuesto, no se quedaron sin postre: una deliciosa tarta de queso con fresas que algunos se animaron a repetir.
Una vez que recargaron las pilas, los jóvenes se fueron de excursión a Carballiño con el fin de que comprobasen de primera mano el labor y la fama de la que presumen las pulpeiras de esta zona ourensana.
