Cientos de personas dan la bienvenida a 'Os Maios' en Ourense con coplas

Festa dos Maios en Verín (Foto: Marcos Atrio)
'Eiquí chega o Maio, ven cheo de brío, carrega ramallo e leva o fastío' (Aquí llega el Mayo/viene lleno de brío/ transporta ramaje/y lleva el hastío); 'Collemos musgo, flores e bugallos e con iso, faremos este noso maio'.
Al ritmo de éstas y otras estrofas, cientos de ourensanos han salido este mediodía a la calle, en Ourense, aprovechando la recuperación del 3 de mayo como día festivo, para celebrar la llegada de 'Os Maios', una de las fiestas con mayor tradición de Galicia, cuyo origen es dar la bienvenida a la primavera y que tiene en el mayo -una representación ornamental hecha a partir de musgo y flores-, su elemento central.

Iniciada desde tiempos inmemoriales, la portavoz de Política Lingüística, Mónica Fernández, explica a Efe, que esta fiesta 'es una recreación de la llegada de la primavera' que se trasladó a la calle, a través de la 'representación de formas tradicionales como pirámides y conos', y que, en el siglo XX, se llevó a una vertiente más artística.

Para llevar a cabo el laborioso trabajo de confección, que en algunos casos se prolonga uno o dos meses, añade que hace falta 'una estructura de madera, que se recubre de esparto o tela de saco', y posteriormente 'se cose' el musgo y se recubre con 'flores de la época'. Con todo ello, se forman las figuras que suelen representar elementos típicos de Galicia.

En esta edición, los asistentes pudieron contemplar una veintena de mayos, realizados por los diferentes colectivos de la ciudad, en torno a los cuales se concentró la gente para disfrutar de la interpretación de las coplas.

A pie de mayo, y con el apoyo de panderetas, los creadores entonaron las coplas, en las que no faltaron alusiones a asuntos de la actualidad. Entre ellos, los recortes del Gobierno y la cacería del rey, y, en clave más local, la salida de José Luis Baltar de la Diputación.

Uno de sus participantes más asiduos, Jesús Alonso, miembro de la asociación de Rabo de Galo, destacó la tradición de esta fiesta, que en su caso se ha trasladado 'de generación en generación', desde que se inició en este arte, con nueve años.

Ahora, con más de 35 años a sus espaldas, destaca la complejidad a la hora de confeccionar un mayo, pero también la satisfacción al exhibir el trabajo realizado por una veintena de miembros de la asociación.

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