El panorama sociolaboral vive una tremenda paradoja: hay decenas de puestos de trabajo libres pero las cifras del paro todavía son muy elevadas. De todas formas, algunas cosas positivas se van viendo según se interpreten lo datos. Vamos a fijarnos hoy en uno. Por lo positivo: los trabajadores jóvenes de la provincia, por debajo de los 25 años, han crecido un 27% desde la época del covid. Por lo negativo: Hay 5.000 afiliados a la Seguridad Social, pero solo son el 5% del total provincial. Es más, se contabilizan muchos más cotizantes por encima de los 60 años que en la treintena.
Cada día escuchamos también que las empresas no encuentran a trabajadores para sus actividades, ya sean estas manuales o incluso científicas. Es un problema grave, sin duda, y lo es porque salvo excepciones, no se ven mucha voluntad a meterse al curro, con todo lo que eso comporta.
No aguanta mucho una sociedad que tiene plantillas laborales cada vez más envejecidas porque están pensando en la jubilación. No aguanta mucho si no se garantiza por abajo una incorporación laboral numerosa. Y no se ve por ningún lado. El problema se agrava y la solución no está cerca. Mal día para introducir este debate, sin duda, porque hoy lo más importante es que han empezado a funcionar los pinganillos en el Congreso de los Diputados para que sus señorías se pueden entender entre ellos. Aunque nosotros no les entendamos a ellos.
