El tren representa el anverso y el reverso de la misma moneda: la comunicación. La alta velocidad permite conectar territorios en un abrir y cerrar de ojos, favoreciendo a sectores como el turismo y otras derivas empresariales. El reverso es el ferrocarril convencional, urgido de modernización en el material y el trazado.
Destaca hoy La Región que la conexión a Vigo por el llamado tren del Miño quedará interrumpida durante ocho meses. Aún por encima resulta que la intervención prevista no mejora el tiempo empleado en el trayecto. Hay que recordar también que la vía a Lugo sigue en obras, con sucesivos retrasos.
Esta situación obliga a optar por alternativas al ferrocarril convencional, buscando salidas en el servicio de autobús, que suele sufrir retrasos y que incluso deja a viajeros sin atender.
Los operadores de estos servicios parten de la administración o tienen concesiones que emanan de la administración. No es muy de recibo que este tipo de cosas sucedan a diario y sin alternativa. Ahora que la guerra electoral ha dado una tregua, a ver si hay suerte y se ponen a solucionar importantes carencias para los ciudadanos. Que tengan buen viaje y mucha suerte.
