Dicen los expertos en materia de desarrollo que una de las claves para afianzarlo es la creación de infraestructuras tanto físicas como tecnológicas. La mayoría de las sociedades se están haciendo fuertes en las segundas pero en Ourense todavía tenemos graves carencias en las primeras.
Han pasado 18 años desde que se prometió la autovía A-76, que uniría Ponferrada con Ourense, mejorando así la comunicación con Valdeorras, la que más exporta de la provincia gracias a la pizarra. Pues bien, nada hay salvo unos papeles, por lo tanto la mala conexión por carretera seguirá así durante años y de la del ferrocarril mejor ni hablamos.
Ante estas situaciones la reacción de Ourense es la de siempre: el silencio y la cobardía. Los empresarios de Valdeorras llevan años pidiendo mejoras pero sus peticiones se estampan contra los muros de la montaña de donde se extrae la pizarra. De sus colegas del resto de la provincia, nada se sabe, entretenidos en juegos florales y poses fotográficas.
Hay elecciones el día 23 y los partidos están sacando a sus candidatos a conocer la provincia. Verán como todos se hacen los escandalizados por la situación. Verán como a todos les da igual cuando ocupen el escaño. Verán como todo seguirá igual. Como hace 18 años. Como ha sido siempre aquí.
