La cercanía y la familiaridad son dos de las características que destacan de sí mismas las asociaciones de vecinos y en las que, creen, reside su éxito. Consideran por ello que, si bien su papel y el que desarrollan los centros cívicos son complementarios, cada uno requiere de su espacio.
Benita Conde, presidenta de la asociación vecinal de Mariñamansa asegura que, desde que trasladaron su sede del centro cívico de A Cuña a un local independiente, ha aumentado el número de personas que participan en las actividades que proponen. Apunta como razón principal 'una relación más próxima con los vecinos y horarios más flexibles'.
El Concello afronta el pago de alquileres de 30 locales vecinales, lo que supone un desembolso de 144.000 euros, a los que sumar 100.000 euros por gastos de los centros cívicos en actividades o materiales. Por ello, el presidente de la Federación Limiar, Manuel Carnero, no descarta que pudiese revisarse la duplicidad de instalaciones y que las asociaciones utilicen las instalaciones de los centros.
Alfonso Torres, presidente de la asociación de vecinos As Burgas, que tiene un área de acción que coincide con el Centro Cívico Colón considera que el cambio de sede podría desubicar a los vecinos. Cree que una alternativa podría ser compartir edificio, pero disponiendo cada entidad de su propio espacio. Benita Conde recordó que los centros cívicos conllevan gastos de personal, frente al carácter voluntario de las asociaciones.
Desde el Partido Popular, Marinel Fernández asegura que los centros cívicos fueron construidos con fondos del Plan E 'por el bipartito, que no sabría qué hacer con el dinero recibido y ejecutó estas obras'. Ella es partidaria de mantener las sedes porque 'además de actividades, gestionan las demandas del barrio'. Sin considera negativas las iniciativas de los centros, 'sería más acertado emplear ese dinero en mejoras para los barrios'.
El Concello afronta el pago de alquileres de 30 locales vecinales, lo que supone un desembolso de 144.000 euros, a los que sumar 100.000 euros por gastos de los centros cívicos en actividades o materiales. Por ello, el presidente de la Federación Limiar, Manuel Carnero, no descarta que pudiese revisarse la duplicidad de instalaciones y que las asociaciones utilicen las instalaciones de los centros.
Alfonso Torres, presidente de la asociación de vecinos As Burgas, que tiene un área de acción que coincide con el Centro Cívico Colón considera que el cambio de sede podría desubicar a los vecinos. Cree que una alternativa podría ser compartir edificio, pero disponiendo cada entidad de su propio espacio. Benita Conde recordó que los centros cívicos conllevan gastos de personal, frente al carácter voluntario de las asociaciones.
Desde el Partido Popular, Marinel Fernández asegura que los centros cívicos fueron construidos con fondos del Plan E 'por el bipartito, que no sabría qué hacer con el dinero recibido y ejecutó estas obras'. Ella es partidaria de mantener las sedes porque 'además de actividades, gestionan las demandas del barrio'. Sin considera negativas las iniciativas de los centros, 'sería más acertado emplear ese dinero en mejoras para los barrios'.
