Aunará a representantes sociales y juveniles, y será el paso previo para la imposición de sanciones

El Concello busca acallar las críticas por el botellón con un Plan Municipal de Civismo

La Policía Local acudió en la madrugada del sábado a identificar a los participantes en el botellón de la Alameda, con el fin de evitar actos  vandálicos.
Un Plan Municipal de Civismo. Esta es la respuesta que el Concello da por ahora al problema del botellón, cuyo borrador presentará en los próximos días. Busca abundar en los valores cívicos de la sociedad, con el fin de lograr una concienciación. Si falla, entrarán en juego las sanciones que establecerán las nuevas ordenanzas.
Siguiendo la estela de ciudades como A Coruña y Pontevedra, el Concello de Ourense está elaborando el borrador de su propio Plan Municipal de Civismo. A modo de decálogo de ‘buena conducta’ para los ciudadanos, será un documento clave para resolver acciones incívicas tales como el botellón, el deterioro del mobiliario urbano, las pintadas o el escaso respeto a la limpieza de la vía pública.

Busca de este modo acallar las incesantes críticas sobre su inoperancia a la hora de atajar el problema del botellón, presente cada fin de semana en la Alameda, epicentro de esta práctica. El borrador del nuevo plan municipal será presentado en los próximos días.

Junto a este documento, que tratará de inculcar valores cívicos, se conformará una comisión integrada por 25 miembros representativos de todos y cada uno de los estamentos de la sociedad ourensana. Con el único requisito de ser ‘apolítica’, esta comisión aunará a representantes vecinales, empresariales, sanitarios, educadores, intelectuales, de organismos juveniles y de medios de comunicación para buscar el modo de llevar a la práctica la teoría expuesta en el Plan Municipal de Civismo. Los contactos para integrar a los futuros miembros de esta comisión (que busca servir de reflejo de la realidad social ourensana) comenzarán también la semana próxima, según fuentes municipales.

Imagen

‘É necesario difundir unha imaxe moderna e dinámica da cidade, con valores de convivencia e respeto, xa que é un tema de todos’, explica el alcalde, Francisco Rodríguez, para argumentar la necesidad de crear dicha comisión. Indica el regidor que la clave es hacer entender esta situación a la sociedad, implicándola al máximo para que prácticas como el botellón no se lleven a cabo en zonas tan molestas como la Alameda.

Una vez que esté en marcha el Plan Municipal de Civismo, entrarán en juego las nuevas ordenanzas que prevé aprobar el Concello este mes. Éstas regu larán la limpieza, los parques y jardines y las actuaciones medioambientales en la ciudad, con multas mínimas de entre 750 y 1.000 euros para acciones tales como el botellón, las pintadas o la cartelería ilegal, entre otras. Asimismo, las sanciones máximas podrán alcanzar los 3.000 euros.

Francisco Rodríguez señala que la hoja de ruta para erradicar prácticas como el botellón irá dirigida principalmente por los dictámenes del Plan Municipal de Civismo. ‘É o que primeiro queremos poñer sobre a mesa para despois concretar as medidas coercitivas, que teremos que desenrolar cos técnicos mediante as novas ordenanzas’, señala el regidor, quien concluye afirmando que ‘o noso obxectivo é correxir os actos incívicos’.

Ninguna de las villas de la provincia cuenta con normativa específica para regular esta práctica

Ninguna de las principales villas de la provincia cuenta con normativa específica que regule la práctica del botellón. Ruidos y destrozos son los problemas destacados por los vecinos.

En O Barco, el botellón se concentra en el área recreativa de O Salgueiral, al otro lado del río cruzando una pasarela peatonal en O Malecón, por lo que carece de viviendas cercanas. La Policía Local vigila en las noches de viernes y sábados la zona e identifica a una persona de cada grupo como responsable. En el Concello dicen que no se detectan problemas de convivencia.

En Carballiño, más que ruido, lo que molesta de su botellón son los destrozos. Las pintadas en el barrio de Flores y el vandalismo en el entorno de la iglesia de A Veracruz así lo atestiguan. La Policía Local controla la presencia de menores.

En Xinzo los ruidos son un gran problema. En el último pleno municipal, el Concello acordó solicitar más vigilancia a la Subdelegación del Gobierno, pues la Policía Local se ve en ocasiones desbordada para controlar el botellón del parque de O Toural.

El gamberrismo y las peleas en la zona de pubs de Verín es lo que más preocupa a los vecinos. Horas antes de estos hechos, el botellón está en la Alameda.

O Arbado, Acearrica y O Castelo son los puntos del botellón en Allariz, lejanos de las casas. No suele haber quejas al respecto, salvo en festividades especiales. Lo mismo sucede en Celanova, donde los jóvenes se reúnen en el parque de As Triguerizas. La Policía Local señala que ‘son muy cívicos’, pues ni molestan ni dejan basura en el entorno. No es igual que en A Robla (Ribadavia), junto a la pasarela de A Foz, donde la zona queda como un estercolero cada fin de semana. Es la única queja de los vecinos.



Te puede interesar