Adquirió por 1,5 millones de euros una antigua casa de baños, 'La Moderna', invirtió 510 mil en indemnizaciones a los almacenes de fruta que derribó y abonó 290 mil al Concello de Ourense por 1.625 metros cuadrados de vía pública, todo en el centro neurálgico de la ciudad, y que el gobierno municipal de 2000 le vendió para redondear su parcela; y poco más, salvo costes de redacción del anteproyecto del edificio y del proyecto de urbanización, porque cuando quiso iniciar el mastodóntico hotel-balneario (de nueve plantas en superficie más cuatro sótanos y aprovechamientos bajo cubierta), el desafortunado sondeo que amenazó co
Adquirió por 1,5 millones de euros una antigua casa de baños, 'La Moderna', invirtió 510 mil en indemnizaciones a los almacenes de fruta que derribó y abonó 290 mil al Concello de Ourense por 1.625 metros cuadrados de vía pública, todo en el centro neurálgico de la ciudad, y que el gobierno municipal de 2000 le vendió para redondear su parcela; y poco más, salvo costes de redacción del anteproyecto del edificio y del proyecto de urbanización, porque cuando quiso iniciar el mastodóntico hotel-balneario (de nueve plantas en superficie más cuatro sótanos y aprovechamientos bajo cubierta), el desafortunado sondeo que amenazó con dejar sin agua las fuentes de As Burgas impidió cualquier otra obra posterior y, claro, nuevos costes que sumar. En total, Xardín das Burgas dice que gastó en su fallido proyecto en el centro de Ourense 4,5 millones en dinero contante y sonante, al sumarle tasas, impuestos y permisos varios.
Pero hay otro valor añadido, el más valioso, el de los derechos de edificación que obtuvo en aquel solar gracias a la generosidad del ex alcalde Manuel Cabezas que, a cambio de nada para la ciudad, modificó el Plan xeral de 1986 para malvender suelo público y otorgar a la empresa la más alta edificabilidad posible, 19.232 metros cuadrados construidos en un solar de menos de 4.000 metros. Es por ello que Xardín das Burgas reclama ahora al Concello, que a la postre impidió su proyecto, y a la Xunta, que declaró Bien de interés cultural todo el entorno, una indemnización solidaria de 15.201.922 euros, bajo amenaza de acudir a los tribunales y prolongar aún más en el tiempo la restauración y mejora del espacio urbanístico más emblemático de la ciudad, que había comenzado a andar con la aprobación inicial del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de As Burgas que, claro, limitaba sus derechos de edificabilidad a 4.000 metros cuadrados raspados. O bien, que se le permita continuar con su proyecto pese al impacto que produciría en este área tan sensible.
Es esta petición de indemnización el último capítulo de una desgraciada gestión política que lideró Manuel Cabezas, una actuación urbanística reprobable que cumple ahora 10 años, que ha convertido un pequeño edificio termal en una escombrera, que ha dañado el acuífero de As Burgas y que puede costar muchísimo a las arcas públicas de la ciudad.
convenio de lujo para una empresa sin vocación termal
En realidad, Basilio Martínez Serodio calcula bien al pedir 15,2 millones de euros en la reclamación de responsabilidad patrimonial que plantea al Concello y a la Xunta. Esa cantidad, o algo menos, 15 millones de euros, es el beneficio neto que Xardín das Burgas, sin experiencia termal alguna, obtendría del hotel-balneario, una vez descontados todos los gastos e inversiones realizadas, siempre y cuando, claro, pudiese construir los 19.232 metros cuadrados que graciosamente le entregó Cabezas Enríquez en aquel convenio de lujo que ambos consensuaron en el penúltimo día de 1999. El cálculo, sencillo, es el resultado de pasar a precio residencial, en este caso en el centro de Ourense, la edificabilidad concedida, el método que habitualmente se emplea en la construcción para establecer costes y beneficios en el sector. Evidentemente, el beneficio neto con una edificabilidad de 4.000 metros cuadrados, la que le otorga ahora el PERI se quedaría en cuatro millones de euros, nada que ver.
Plazos incumplidos por todos
Xardín das Burgas alega ahora, en su reclamación patrimonial, que vio truncado su proyecto por los incumplimientos de las administraciones: del Concello, que demoró algunos trámites, y la Xunta, que le dio el varapalo definitivo al paralizar todo el proyecto. Pero la empresa también incumplió los plazos de obras y proyectos comprometidos en el convenio, al tardar más de cinco años, desde la firma de aquel acuerdo, en iniciar la urbanización del solar, que tampoco se mantuvo en el tiempo por el sondeo que obligó a suspender el proyecto.
El resquicio legal del
Concello
Los técnicos municipales estudian ya la reclamación patrimonial de la empresa, con la mirada puesta en el artículo 7.2 de la Ley del Suelo que, a efectos de indemnizaciones, precisa que 'la previsión de edificabilidad por la ordenación territorial urbanística por sí misma (la concedida en este caso de 19.232 metros cuadrados) no la integra en el contenido del derecho de propiedad'. 'La patrimonialización de la edificabilidad se produce sólo con su realización efectiva', es decir, si realmente se hubiese construido en el solar, que no es el caso.
Por ello, se considera en el Concello que la incoación, de oficio, de los trámites de modificación del Plan xeral para el PERI de As Burgas le exime, por ley, de indemnizar a Xardín das Burgas. Si este criterio sale adelante, la empresa no podría reclamar esa millonaria cantidad, tan sólo las cargas urbanísticas especificadas en el convenio que firmaron en 2000 el alcalde de entonces, Manuel Cabezas, y Jaime Pino Botana, en representación de la sociedad de la que es propietario Martínez Serodio. Y esas cargas eran 721 mil euros más 510 mil en concepto de abono de indemnizaciones a los almacenes de fruta, urbanización de viales y espacios, y la construcción de una pasarela sobre el Barbaña, que tampoco fue construida pero que figuraba en el mencionado convenio.
Indemnización a la baja
El escaso entendimiento que Xardín das Burgas mantenía al final con el gobierno de Cabezas -que siempre consideró a Serodio un modelo de empresario, hasta que el agua que mana de As Burgas, empezó a reducirse de forma alarmante- se rompió definitivamente con el entrada del bipartito (PSdeG-BNG) en la Consistorial. La decisión del nuevo gobierno de bloquear aquel hotel que no fue más que un proyecto virtual generó en una guerra de cifras de indemnización pues la empresa comenzó reclamando al Concello 20 millones de euros, bajando después a 15 millones y más tarde a 12, sin que sus pretensiones fuesen aceptadas. Ahora su cálculo es de 15,2 millones.
Pero hay otro valor añadido, el más valioso, el de los derechos de edificación que obtuvo en aquel solar gracias a la generosidad del ex alcalde Manuel Cabezas que, a cambio de nada para la ciudad, modificó el Plan xeral de 1986 para malvender suelo público y otorgar a la empresa la más alta edificabilidad posible, 19.232 metros cuadrados construidos en un solar de menos de 4.000 metros. Es por ello que Xardín das Burgas reclama ahora al Concello, que a la postre impidió su proyecto, y a la Xunta, que declaró Bien de interés cultural todo el entorno, una indemnización solidaria de 15.201.922 euros, bajo amenaza de acudir a los tribunales y prolongar aún más en el tiempo la restauración y mejora del espacio urbanístico más emblemático de la ciudad, que había comenzado a andar con la aprobación inicial del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de As Burgas que, claro, limitaba sus derechos de edificabilidad a 4.000 metros cuadrados raspados. O bien, que se le permita continuar con su proyecto pese al impacto que produciría en este área tan sensible.
Es esta petición de indemnización el último capítulo de una desgraciada gestión política que lideró Manuel Cabezas, una actuación urbanística reprobable que cumple ahora 10 años, que ha convertido un pequeño edificio termal en una escombrera, que ha dañado el acuífero de As Burgas y que puede costar muchísimo a las arcas públicas de la ciudad.
convenio de lujo para una empresa sin vocación termal
En realidad, Basilio Martínez Serodio calcula bien al pedir 15,2 millones de euros en la reclamación de responsabilidad patrimonial que plantea al Concello y a la Xunta. Esa cantidad, o algo menos, 15 millones de euros, es el beneficio neto que Xardín das Burgas, sin experiencia termal alguna, obtendría del hotel-balneario, una vez descontados todos los gastos e inversiones realizadas, siempre y cuando, claro, pudiese construir los 19.232 metros cuadrados que graciosamente le entregó Cabezas Enríquez en aquel convenio de lujo que ambos consensuaron en el penúltimo día de 1999. El cálculo, sencillo, es el resultado de pasar a precio residencial, en este caso en el centro de Ourense, la edificabilidad concedida, el método que habitualmente se emplea en la construcción para establecer costes y beneficios en el sector. Evidentemente, el beneficio neto con una edificabilidad de 4.000 metros cuadrados, la que le otorga ahora el PERI se quedaría en cuatro millones de euros, nada que ver.
Plazos incumplidos por todos
Xardín das Burgas alega ahora, en su reclamación patrimonial, que vio truncado su proyecto por los incumplimientos de las administraciones: del Concello, que demoró algunos trámites, y la Xunta, que le dio el varapalo definitivo al paralizar todo el proyecto. Pero la empresa también incumplió los plazos de obras y proyectos comprometidos en el convenio, al tardar más de cinco años, desde la firma de aquel acuerdo, en iniciar la urbanización del solar, que tampoco se mantuvo en el tiempo por el sondeo que obligó a suspender el proyecto.
El resquicio legal del
Concello
Los técnicos municipales estudian ya la reclamación patrimonial de la empresa, con la mirada puesta en el artículo 7.2 de la Ley del Suelo que, a efectos de indemnizaciones, precisa que 'la previsión de edificabilidad por la ordenación territorial urbanística por sí misma (la concedida en este caso de 19.232 metros cuadrados) no la integra en el contenido del derecho de propiedad'. 'La patrimonialización de la edificabilidad se produce sólo con su realización efectiva', es decir, si realmente se hubiese construido en el solar, que no es el caso.
Por ello, se considera en el Concello que la incoación, de oficio, de los trámites de modificación del Plan xeral para el PERI de As Burgas le exime, por ley, de indemnizar a Xardín das Burgas. Si este criterio sale adelante, la empresa no podría reclamar esa millonaria cantidad, tan sólo las cargas urbanísticas especificadas en el convenio que firmaron en 2000 el alcalde de entonces, Manuel Cabezas, y Jaime Pino Botana, en representación de la sociedad de la que es propietario Martínez Serodio. Y esas cargas eran 721 mil euros más 510 mil en concepto de abono de indemnizaciones a los almacenes de fruta, urbanización de viales y espacios, y la construcción de una pasarela sobre el Barbaña, que tampoco fue construida pero que figuraba en el mencionado convenio.
Indemnización a la baja
El escaso entendimiento que Xardín das Burgas mantenía al final con el gobierno de Cabezas -que siempre consideró a Serodio un modelo de empresario, hasta que el agua que mana de As Burgas, empezó a reducirse de forma alarmante- se rompió definitivamente con el entrada del bipartito (PSdeG-BNG) en la Consistorial. La decisión del nuevo gobierno de bloquear aquel hotel que no fue más que un proyecto virtual generó en una guerra de cifras de indemnización pues la empresa comenzó reclamando al Concello 20 millones de euros, bajando después a 15 millones y más tarde a 12, sin que sus pretensiones fuesen aceptadas. Ahora su cálculo es de 15,2 millones.
