El parón del sector, con 65 proyectos visados en 2013 en la ciudad, sólo se frena con la rehabilitación y obras pequeñas en suelos consolidados.
El cartel anunciador de que en breve se va a iniciar la construcción de dos edificios de bajo y seis plantas, en la calle Xaquín Lorenzo "Xocas" y Cardenal Quevedo, ambos en la propiedad actual de los frailes franciscanos, ha sido una sorpresa en una ciudad que, según el sector, está casi completamente falta de actividad. Ni brotes verdes, ni asomo de recuperación, salvo por algunos casos de rehabilitación en el casco antiguo -hacia donde se dirige ahora el sector, y con dificultad-. En el diagnóstico coinciden el Concello -que arroja un muy discreto balance de licencias de edificación de obra mayor concedidas, sólo 14 en lo que va de año, en todo el término municipal- y los constructores, que cifran en 65 los proyectos de inmuebles visados el año pasado en la ciudad. Eran 231 en 2010, cuando la crisis ya azotaba la provincia y el municipio, y la cifra sigue cayendo.
La iniciativa de la promotora ourensana Benito López González es uno de los pocos brotes verdes en materia de construcción privada, pero el constructor reconoce que la situación del sector es "peor que mal". Su empresa, pequeña, se mantiene, dice, a duras penas, construyendo a medida que va vendiendo lo ya edificado, algo muy difícil porque no hay crédito. Él y su familia, que forman parte del negocio, se consideran una empresa "valiente", que arriesga con este proyecto en el solar de los franciscanos porque tiene un acuerdo de permuta con ellos y, sobre todo, no han pedido desmesurados beneficios, sólo unas instalaciones dignas para los cinco frailes que residen en la casa.
Su caso es el ejemplo de la situación del sector, según reconocen constructores consultados, que hacen extensiva la falta de actividad a toda la provincia. En Ourense se otorgaron el año pasado 158 licencias de edificaciones de obra mayor, una cantidad mínima, reconoce la concejala de Urbanismo, Aurea Soto, que entiende porque, al fin y al cabo, dice, hay en este momentos unas 15.000 viviendas vacías sólo en la ciudad, lo que supone un 26% de todas las existentes. Hay que pensar, recuerda, que desde que se aprobó el planeamiento anterior, en 2003, hasta su anulación definitiva, en 2011, se edificaron 10.500 pisos, lo que saturó completamente el mercado.
La Asociación de Constructores, con todo, quiere más suelo urbanizable para tener garantías de crecimiento urbanístico aunque ahora no vaya a construir porque, reconocen en la entidad, el mercado está parado y el crédito aún es prácticamente inexistente. Hay excepciones con la rehabilitación de edificios de la ciudad antigua o la adquisición de viejos inmuebles ya construidos, en suelos consolidados (pequeños solares en el casco urbano, exentos de cesiones urbanísticas), donde el planeamiento permite tirar la vieja casa y edificar otra con algunas plantas más; y donde el propietario del solar o del inmueble ha desistido de pedir hasta el 50% del valor del inmueble, como en los tiempos de la burbuja inmobiliaria.
Desde el Colegio de Arquitectos, su presidente, Alberto de Paula, cifra el trabajo de los profesionales en únicamente un 5% de la actividad que mantenían en los buenos tiempos. Asegura que, por sus datos, han aumentado las escrituras de compra de pisos en los dos últimos meses en España, pero Ourense la remontada va con retraso. Se detecta, eso sí, un ligero aumento de venta de pisos construidos, pues hay muchos vacíos, recuerda, pero la construcción, lamenta, está completamente paralizada.
