El convenio para su construcción establecía que sería mantenido por el Consistorio, pero no se transfirió formalmente tras su apertura
La titularidad del Puente del Milenio, clave para asegurar su mantenimiento, está en entredicho, tanto que el Concello de Ourense no la asume porque no fue recepcionada formalmente la infraestructura -el Servicio de Ingeniería desaconsejó asumirla por las deficiencias que presentaba- y la Consellería de Política Territorial tampoco; alega que el convenio firmado con el gobierno local del PP, antes de comenzar su construcción, ya establecía las responsabilidades de cada Administración, correspondiendo a la municipal la "conservación, vigilancia y explotación" de la estructura, adjudicada y costeada por la Xunta.
No hay, pues, un punto de encuentro que favorezca la resolución de esta discrepancia, aunque la Administración autonómica reconoce que, evidentemente, no hay un acto formal de recepción del puente por el Concello; claro que no lo considera necesario, y no sólo eso, sino que entiende que el Consistorio ourensano está incumpliendo las condiciones de aquel convenio que dio pie al puente porque no asume el mantenimiento establecido en sus cláusulas, mientras la Xunta, dice, sí cumplió, al adjudicar y pagar la obra.
Desde el gobierno municipal se sostiene, sin embargo, que el Concello vulneraría la legalidad si asumiese la responsabilidad sobre el puen- te, dado que no hay acto formal de recepción de la obra realizada. Incluso la concejala de Urbanismo e Infraestructuras, Aurea Soto, precisaba estos días que acordar una partida presupuestaria para reparar los daños detectados -un informe del Servicio de Ingeniería calculó en 2010 que podrían costar más de 185.000 euros- sería muy complicado, porque tendría los informes desfavorables de la Intervención y de la asesoría jurídica municipal, al no haberse formalizado la transfe- rencia de la titularidad.
En cualquier caso, ambas administraciones reconocen el mal estado de la estructura, corroída por el óxido en algunos puntos, con fisuras, pintadas y un estado de deterioro que puede suponer un peligro a medio plazo, según advirtió hace dos años el responsable del Servicio de Ingeniería del Concello, Segundo Alvarado.
También se alerta del mal estado del puente desde los grupos municipales del PP y BNG. Pero con matices diferentes. Rosendo Fernández, portavoz popular, pide el entendimiento entre ambas administraciones, aunque cree que es el Concello el que debería dar el paso. Porque, señala, "si la infraestructura es municipal, malo que esté así; y si no lo es, malo también porque no ha planteado ninguna iniciativa a la Xunta para resolverlo", aunque el gobierno local realizó en estos 13 años desde que se inauguró el puente, varias inspecciones y notificacio- nes a la Consellería.
Xosé Somoza, del BNG, tiene claro que la titularidad es de la Xunta, independientemente de que se haya firmado un convenio -"chama a atención, por certo, que non se puxeran dacordo xa antes, cando dous gobernos do PP dirixían a cidade e a Consellería", precisó-. Es cierto, entiende, que el convenio establece las cláusulas de cómo se debe entregar el puente, pero el proceso administrativo "non se completou", dejando esta infraestructura "no aire, e en terra de ninguén".
