Nueve concellos portugueses elevan la presión para unirse al AVE ourensano

Cada vez son más los municipios portugueses que intentan aprovecharse del AVE gallego y que reclaman una mejora de infraestructuras que los conecten con la provincia de Ourense. Son ya 9 las cámaras municipales de la Raia lusa que exigen al gobierno de su país nuevas carreteras para sacarle partido a la alta velocidad. Por un lado, siete municipios de la comunidad de Trás-os Montes, en el noreste luso, sellaron la declaración institucional en la que reclaman la construcción de una autovía entre Macedo dos Cavaleiros y A Gudiña. Por otro, otras dos cámaras portugueses, las de Arcos de Valdevez y Ponte da Barca, ambas en la comunidad del Alto Minho,a caban de remitir un escrito a su primer ministro en el que reivindican la necesidad de conectarse a Galicia a través de la Baixa Limia para sacar tajada del AVE. En el primer caso, el Pacto de A Gudiña sigue trabajando por que los gobiernos de ambos países incluyan en los planes que envíen a Europa el vial que uniría el noreste del país vecino con la estación de alta velocidad ourensana. "Todavía hay tiempo para hacer presión", señalaba el presidente de la cámara intermunicipal de Trás-os-Montes, Artur Nunes. Empuje desde el Alto Minho Ahora, otra reivindicación empieza a tomar fuerza. Los presidentes de las cámaras de Arcos de Valdevez y Ponte da Barca pidieron la modernización de la carretera que une la vía rápida IC28 (que atraviesa el noroeste del país) con la frontera de A Madalena (Lobios). Esta mejora es "estratégica" para la región norte portuguesa, según precisaron los dos alcaldes en un escrito conjunto enviado al primer ministro luso, António Costa. "Es de gran importancia reforzar las conexiones por carretera al mercado económico transfronterizo y europeo", señalaron Joao Manuel Esteves y Augusto Marinho, incidiendo en la importancia de estar cerca de la línea Madrid-Galicia del y de la autovía A-52. Esta infraestructura, reclamada desde hace más de una década a ambos lados de la Raia, debe ser incluida en el Plan de recuperación y resiliencia de Portugal como obra "prioritaria" para hacer "más atractivos" estos municipios del interior. Más aún, cuando en el lado ourensano está en marcha la renovación de la OU-540 hasta la frontera. En el lado portugués tienen claros los beneficios: "Mejorar esta carretera permtirá tanto a personas como a productos estar a menos de 30 minutos de las carreteras y redes ferroviarias que comunican con Madrid y con el centro de Europa". Al mismo tiempo, lamentan que esta obra no se incluyera en la última Cumbre Ibérica, celebrada el pasado fin de semana. Un mismo lamento que comparten los regidores de los ayuntamientos de Vinhais, Miranda do Douro, Mirandela, Macedo de Cavaleiros, Alfandega da Fé, Mogadouro y Vila Flor, en el lado portugués, y otros nueve en el lado ourensano, cuando vieron que tampoco se plasmaba en la cumbre ibérica la conexión a A Gudiña. Segundo plato En este caso, resulta más sangrante que los ejecutivos español y luso sí incluyeron en sus planes conjuntos crear una autovía entre Bragança y Puebla de Sanabria (Zamora), como vía prioritaria para llegar al AVE y enterrando las posibilidades de Ourense de acercarse a un público potencial de más de 200.000 portugueses. Una propuesta histórica y llena de cartas guardadas en el cajón La propuesta en la que ahora insisten desde el lado portugués a medida que ven que el AVE empieza a coger forma no es nueva. Hace más de una década que concellos de la Baixa Limia y de Portugal reivindican una mejor conexión a través del Xurés. Hace dos años, a finales de octubre de 2018, los once alcaldes del parque transfronterizo Gerês-Xurés enviaban una misiva los máximos responsables de las infraestructuras de Galicia y Portugal para pedir la mejora la autovía celanovesa AG-31 y la IC-28 en Ponte da Barca, a través de la frontera de A Magdalena. Cansados de excusas económicas y conscientes de la importancia "vital", dieron un golpe encima de la mesa y por un vial "de extrema importancia para o incremento da cooperación transfronteiriza, do turismo e das empresas da zona". Una carta que parece no haber surtido el suficiente efecto, al menos en el lado luso. En la parte gallega, la Xunta tiene en marcha un proyecto de 9 millones para reformar la OU-540, reduciendo 4,5 kilómetros de curvas y creando un tercer carril en ocho kilómetros. No es la extensión de la autovía hasta la frontera, como se pedía, pero ayuda. La propuesta deseada pasaba por retomar el segundo tramo de la AG-31 entre Celanova y Lobios que fue anulado en 2014 pese a haber expropiado ya los terrenos. En lado luso, no hay novedades. Así, los portugueses deben afrontar un trazado con tramos de especial peligrosidad como la zona de Lindoso En Portugal cifran en 3,5 millones de euros el coste que tendría mejorar su parte. LAS CLAVES Conexión A Gudiña - Siete cámaras municipales del noreste luso reclaman una autovía que conecte con la A-52 y la estación AVE de A Gudiña. Conexión Baixa Limia - Once alcaldes de la Raia quieren mejores comunicaicones entre el Alto Minho luso y la Baixa Limia. Dos de estos, Ponte da Barca y Arcos de Valdevez, han vuelto a exigir una solución. Oídos sordos - La Cumbre Ibérica que se celebró el pasado fin de semana no incluyó ni una ni otra alternativa, y los alcaldes parecen dispuestos a luchar.