El grado de implicación que buscan los jóvenes de ahora cuando se casan es distinto al de antes.

'El concepto de casarse para toda la vida no es prioritario'

Es uno de los argumentos que pone sobre la mesa la abogada Victoria Eugenia Diéguez, experta en Derecho de Familia, para explicar el descenso en el número de matrimonios religiosos que se producen hoy en día y el aumento de los religiosos. 'Frente al concepto de me caso para toda la vida, ahora los jóvenes priman el de me caso, pero si es preciso mañana me voy', sostiene Diéguez.
Por ello, prosigue, 'ese concepto divino que tenía el matrimonio religioso parece que, a la vista de las parejas de ahora, se ha quedado obsoleto'. Una realidad por la que, los abogados matrimonialistas notan, además, que 'en muchas ocasiones las parejas se casan por un mero impulso emotivo y no son conscientes de lo que implica el acto del matrimonio', arguye Diéguez. Sostiene, asimismo, que 'esto deriva en un mayor número de casos de rupturas sentimentales.

Con relación a las separaciones y a los divorcios, esta letrada afirma que 'si no hay acuerdo', el coste de la ruptura se multiplica, porque 'los contenciosos, además de tener un coste personal y emotivo mucho más elevado, implican un mayor desembolso económico' (si no hay acuerdo el coste se duplica e incluso triplica).

Por último, reitera la necesidad de que las parejas consideren el matrimonio 'como un contrato más, como el de una hipoteca, porque hacer frente a una separación o divorcio siempre es doloroso'.

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