Llegó a obligarla a dormir en la calle, le ocultaba los hornillos de la cocina y escondía los alimentos

Condenado a un año y nueve meses de prisión un hombre que maltrataba a su hija adolescente

La magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense ha condenado a un año y nueve meses de prisión a un hombre acusado de maltratar a su hija desde que ésta tenía 16 años y hasta los 18. Según la sentencia, el procesado había dejado que la menor durmiera en la calle tras llegar tarde a casa y la había golpeado con una manguera de las empleadas para la conducción del gas butano, entre otras acciones. Le impone, además, el alejamiento de la joven durante cinco años.
Maltrataba a su hija de 16 años, llegando a dejarla dormir en la calle cuando llegaba tarde a casa. Así lo entiende la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense, que condena a Ahmed Bouyucef a un año y nueve meses de prisión por un delito de maltrato habitual. Le impone, además, la prohibición de acercarse a su hija y comunicarse con ella durante cinco años y la prohibición de la tenencia y porte de armas durante otros cuatro años.

La magistrada recoge en la sentencia la situación que se vivía en la casa del acusado desde 2003, cuando su hija tenía 16 años, hasta septiembre de 2005, en que ésta abandonó la vivienda familiar. Relata que en este periodo de tiempo, golpeó en varias ocasiones a su hija con una manguera de las utilizadas para la conducción de gas butano. Le impidió entrar en casa por llegar tarde, obligándola a dormir en la calle y le retiró de la cocina los hornillos, ocultando los alimentos, teniendo que pedir ayuda la menor a una vecina. También le retiró el agua caliente mientras se duchaba. Todo ello, según la sentencia, acompañado de insultos y amenazas hacia la joven, que en una ocasión tuvo que refugiarse en casa de una vecina para evitar ser agredida.

Diferente con los varones

El fallo se basa no sólo en la declaración de la víctima, sin contradicciones durante toda la instrucción del caso, sino también en la de una hermana de la denunciante y el testimonio de la vecina que socorrió en alguna ocasión a la joven; así como el párroco de Sobradelo, a quien pidió ayuda la víctima. Todos corroboraron los episodios relatados por la víctima. También recoge el ’propio reconocimiento efectuado por el acusado en relación a un mensaje insultante enviado al teléfono móvil de su hija’.

La jueza destaca, además, ’que ha resultado patente en el procedimiento que esta actitud del acusado fue siempre hacia sus hijas, no afectando en cambio a sus hijos varones’.

La sentencia puede ser recurrida por cualquiera de las partes personadas ante la Audiencia provincial.

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